La dupla detrás de la remake de «Vacaciones» (2015) y la divertida «Noche de Juegos» (2018) es la responsable de llevar el mítico juego de rol a la pantalla grande luego del fallido intento del 2000. ¿El resultado? Una entretenida película de aventuras que homenajea al género y por supuesto al RPG más famoso creado por Gary Gygax y Dave Arneson.
Tras años de estar en una especie de limbo creativo y luego de pasar por varios estudios y/o casas productoras, el reboot del universo de Dungeons & Dragons parecía destinado al fracaso. No obstante, el resultado está muy lejos de lo esperado y sorprende con una película de fantasía épica que era difícil imaginar en un comienzo. Especialmente porque a pesar de que «Stranger Things» haya dado a conocer a las nuevas generaciones el juego creado en 1974, su mitología y su amplio espectro de criaturas y personajes mágicos era bastante complejo para ser llevado al cine en un relato más o menos coherente que no sea un insufrible desfile de nombres inventados y refleje todo el esfuerzo creativo de sus creadores y la enorme comunidad de jugadores alrededor del globo.
Es por ello que John Francis Daley y Jonathan Goldstein parecen haber sido la elección correcta para ponerse detrás de las cámaras, ya que el elemento humorístico es una de las cosas más destacables del largometraje. Si nos ponemos a ver los nombres detrás del guion del film también vamos a entender la razón por la que tuvimos un relato que debe mucho a las películas de fantasía y aventuras de los ’80 y un rico abanico de personajes con conflictos claros. La historia fue creada por Chris McKay («Lego Batman: La Película», y «Renfield») junto al dúo de directores y a Michael Gilio.
La acción nos lleva detrás de Edgin Darvis (Chris Pine), un Bardo con habilidades para estafar personas, y Holga (Michelle Rodriguez), una ruda guerrera de buen corazón, ambos están encerrados en una cárcel de máxima seguridad tras un fallido atraco como producto de haberse topado con las personas equivocadas para la ocasión. Dichas personas son Forge Fitzwilliam (un Hugh Grant que compone al villano de turno) y la poderosa maga roja Sofina (Daisy Head), los cuales terminaron quedándose con la tutela de la hija de Edgin, Kira (Chloe Coleman) tras mentirle descaradamente sobre el paradero de su padre.
El personaje de Chris Pine funciona como el narrador poco confiable que nos cuenta cómo llegaron a la cárcel y todas las peripecias con las que se encontraron en el camino, a partir de un timing maravilloso para la comedia y diálogos más que afinados, nos vamos metiendo poco a poco en la mitología del relato.
En el medio nuestros héroes/antihéroes unirán fuerzas con Simon (Justice Smith), un hechicero flojo de papeles y la druida Doric (Sophia Lillis) que formarán parte de este grupo de personajes que enfrentará a las fuerzas oscuras. La película que va en la misma tradición de relatos como «Legend» (1985) o «La Princesa Prometida» (1987) para dar un par de ejemplos, se nutre de las narraciones clásicas de fantasía medieval para construir un relato épico y entretenido de 2 horas y cuarto que se beneficia de un elenco maravilloso, de un CGI exacerbado, pero bien implementado y un humor medio simplón pero efectivo. Viendo el panorama del cine mainstream actual, «Calabozos y Dragones» es una rareza, ya que está basado en un producto establecido pero no tan conocido para las nuevas generaciones, al mismo tiempo que busca explotar un espíritu de película clásica que ya no se hace pero con todos los elementos disponibles de las nuevas tecnologías de captura de movimiento y entornos creados por computadora.
La visión de los directores, su sello de comedia más pertinente que el excesivo utilizado en los films de superhéroes y el carisma del grupo de protagonistas hacen que «Calabozos y dragones: Honor entre ladrones» sea una grata y divertida sorpresa dentro de la propuesta de la cartelera actual.