Seis veces, entre películas y producciones animadas, fue adaptado el juego de rol Calabozos y dragones, siendo ésta que se estrena este jueves solo en cines la sexta, protagonizada por Chris Pine y Michelle Rodriguez.
Stranger Things bien que le dio una mano a Calabozos y dragones más que nada al comienzo de su cuarta temporada, emitida el año pasado. Muchos jóvenes conocieron el juego de rol, o lo recordaron, gracias a la serie de Netflix.
Ahora, transformar el famoso juego de mesa de 1974 en una película no es tarea sencilla. Hay que echar mano a personajes con carnadura, recrearles una historia y tratar de mantener, para que los fanáticos no estallen en las redes sociales, mucho de la base real del juego.
En la historia que dirigen los cineastas Jonathan Goldstein y John Francis Daley (Noche de juegos, 2018) se combina un poco de todo. Hay por supuesto abundante acción, pero también momentos de humor, sin llegar nunca, jamás, a la parodia. Vean la secuencia en la que el cuarteto de inadaptados debe preguntar a distintos cadáveres, despertándolos de sus tumbas, dónde quedó un mítico casco que necesitan para abrir cierta bóveda, para alcanzar su objetivo.
Porque si el objetivo de cualquier juego es ganar y -entretener-, esta Calabozos y dragones: Honor entre ladrones cumple con lo segundo, apelando a una historia de camaradería y de la búsqueda de una niña para que se reúna con su padre.
Hablábamos de un cuarteto de personajes, de quienes hay dos con carácter más protagónico. Son Edgin (Chris Pine) y Holga (Michelle Rodriguez, no solo recordada por la saga de Rápidos y furiosos). No son pareja, sino amigos, y ella ayudó a criar a Kira (Chloe Coleman, de Juego de espías) cuando su madre, y amada esposa de Edgin, ya no está entre los vivos.
El problema es que, y no vamos a revelar aquí por qué, Edgin y Holga terminan prisioneros en un enorme castillo cárcel.
Ya pasaron un año, y tienen la oportunidad de ganarse el perdón de sus condenas (robaron, bah, de ahí el subtítulo de la película). Una vez afuera, tanto uno como la otra lo único que desean es volver a estar con Kira.
Hugh Grant, el malvado
Pero, y en toda película siempre debe haber un pero para que la trama se (re)active, quien no quiere saber nada con eso es Forge Fitzwilliam (Hugh Grant), compañero de aventuras y asaltos, pero ahora convertido en un Lord. Y que le ha mentido, llenado la cabeza a Kira con respecto a su padre. Este nuevo villano de cuarta de Grant tiene una aliada, o algo similar: Sofina (Daisy Head, Geny en la serie Sombra y hueso), la Reina Roja.
Edgin en verdad lo que quería era conseguir un elemento mágico, que le permitiría volver a la vida a su esposa. Conseguirlo será -de nuevo- uno de los objetivos del juego (perdón, del filme), que tiene suficientes escenas de acción como para que las dos horas y cuarto que dura la proyección no se hagan más eternas de lo que parece.
Hay buenos efectos, allí donde son necesarios. En la construcción de los monstruos que deben enfrentar. Hay peleas de espadas, mucha magia. Los personajes que completan el cuarteto son el joven y siempre nervioso hechicero Simon (Justice Smith, de la última trilogía de Jurassic World), incapaz de controlar su magia salvaje, y Doric (Sophia Lillis, Beverly en la primera It), que puede cambiar de forma y de animal, sea un ratón, o una suerte de osa.
También está Xenk (Regé-Jean Page, de la primera temporada de Bridgerton), que ayuda en una batalla con magos asesinos no-muertos.
Si esto se convertirá o no una franquicia lo decidirá el público. Que hay material para seguir, sepan que sí, lo hay.