Desgraciadamente el tema de la distribución y encontrar exhibidores para el material independiente de nuestros realizadores, lleva a veces que las producciones tarden muchos años en encontrar un estreno comercial. Esto sucedió con "Callcenter", la ópera prima de Sergio Estilarte y Federico Velazco, ganadora del concurso de largometraje digital del INCAA con este proyecto.
Realizada en 2014, ha sentido el paso del tiempo en la ambientación y la escenografía (ya no hay callcenter que funcione así) pero conserva rasgos reflexivos interesantes, sobre todo para la generación de los adultos que dejan de ser jóvenes, y están expuestos a la complejidad laboral y de crecimiento profesional que ofrece Argentina.
Este "Callcenter" es una muestra de lo que sucede cuando el dólar está alto y prestamos asistencia de productos y servicios a todo el mundo, por un bajo costo. El sistema de trabajo es muy sacrificado. Estás enclaustrado y con horarios que quitan mucho de tus mejores horas, siendo además la tarea del trato interpersonal, otro elemento que puede desgastar rápidamente a quienes no logren adaptarse al modelo de trabajo de la empresa.
Aquí, la historia es la de 5 personas que van a trabajar, como siempre, al callcenter, pero en horario nocturno. Se reunen como siempre, en sus boxes, y comienzan una jornada más, como las que realizan todos los días. Sin embargo, algo sucede y el sistema "se cae". Los trabajadores toman sus bolsos e intentan buscar la salida pero la jefa dice que nadie se irá, y que en cuanto se solucione el problem técnico, volverán a la actividad.
Esto produce que el ocio comience a tomar forma y los obligue a relacionarse y poner en juego, que cosas los atraviesan a cada uno. Vanina Balena, Alejandro Lifschitz, Demián Salomón, Thelma Fardín, Silvina Diez (la encargada) y Emiliano Adissi son el elenco completo de quienes vivirán ese encierro como una circunstancia fortuita, que impulsará una vinculación distinta entre ellos.
Cada uno tiene un conflicto, una ambición, una carga que lo agobia, y la posibilidad de compartir eso, de visibilzarlo, de ponerlo en movimiento con otros.
En ese sentido, Estilarte y Velazco comienzan su construcción de manera demasiado convencional, con muchos estereotipos para cada personaje, con los típicos perfiles que encajarían en una construcción que impulse la fricción. De hecho, el film parece hasta tener un origen teatral en su concepción, por lo cual siempre estamos esperando conflicto, cosa que sucede, pero no como lo anticipamos.
Hay una visión de desesperanza e incertidumbre que atraviesa los personajes, pero por otro lado son jóvenes, y no pueden resignarse a que su futuro los encuentre en ese mismo lugar.
Sí reconozco (y me gustó mucho), los diálogos que aparece en los últimos 20 minutos de metraje. Creo que ahí los directores logran establecer la visión necesaria para darle perspectiva a lo que vienen presentando y derraman humanidad, en la cantidad necesaria para obtener un buen cierre de propuesta.
Más allá de los desniveles de narración, lo cierto es que "Callcenter" aporta algo que no debatimos en el cine argentino, que le pasa a los de 30 que están en trabajos precarios.
Cómo viven esa realidad y cómo proyectan un futuro superador. No está en debate y las historias que la producción local trae, no elige este tema como un centro de interés. Los tópicos giran en torno a crímenes, ídolos populares y dramas coproducidos con otros países. Pero si lo piensan bien, hay poco de ficción que se centre en las historias de lo que sucede hoy, en el campo del trabajo.
Solamente por eso, deberíamos probar la visita a este "Callcenter". Como ópera prima, cumple con creces como carta positiva de presentación para sus responsables.