Pese a su pobre realización y algunos problemas de interpretación, lo valioso de la es que desanda con conocimiento ese universo de jóvenes (y no tanto) que venden su fuerza laboral a un mercado que busca persuadir con mensajes y promociones por el teléfono. Su fuerza radica en involucrarse en el universo de los call centers y transitar un instante, el más temido para los supervisores, cuando el sistema se cae. Lo hace de manera simple y con una puesta acorde al espacio que registra.