Un grupo de alumnos extranjeros realiza en Buenos Aires un taller de cine de corta duración. La directora les propone trabajar en torno al tema de la Memoria y sobre una de sus expresiones de reciente visibilidad en nuestro país: unas baldosas en las veredas de la ciudad, colocadas para recordar a los desaparecidos por el Terrorismo de Estado. Sin ningún conocimiento previo del tema, los jóvenes comienzan a adentrarse en historias y situaciones muy alejadas de sus propias experiencias. A partir de la fabricación de un film, reflexionan sobre las formas que toma la transmisión de la memoria en su diversas capas. El film deviene un ensayo en torno al modo en que la imagen es protagonista en nuestros modos de elaborar el pasado.