Tragicomedia existencial
Tras su promisoria ópera prima de 2011, El guardia (también protagonizada por Brendan Gleeson), el británico John Michael McDonagh entrega un muy interesante segundo largometraje sobre un cura de un pequeño pueblo marítimo de Irlanda que -en la primera escena- es amenazado de muerte mientras toma confesión por parte de un hombre (al que no vemos) que asegura haber sido abusado de niño por un sacerdote. Le dice, además, que sólo le quedan siete días de vida.
Lo que sigue es la descripción de esa semana (de domingo a domingo) en la que el protagonista deberá transitar el calvario del título, pagar las cuentas pendientes, sumergirse en sus propias miserias y lidiar con los otros personajes (Chris O'Dowd, Isaach De Bankole, Aidan Gillen, M. Emmet Walsh, Domhall Gleeson, Kelly Reilly y Marie-Josee Croze integran el espléndido elenco) de su bastante excéntrica comunidad.
Relectura de Diario de un cura de campaña, de Robert Bresson, con la trascendencia del maestro francés, una despiadada mirada a los excesos contemporáneos, una formidable estilización visual para retratar la violencia extrema con elementos propios del western, y un muy logrado sentido del humor (negrísimo), esta tragicomedia ratifica a McDonagh como un talento a seguir muy de cerca.