Se trata de una comedia dramática, por momentos oscura, basada en la novela homónima del chileno Jaime Hagel Echenique, editada en el 2002, en una coproducción argentino-chilena realizada por Arnaldo Valsecchi, italiano de origen pero radicado en Chile.
La historia de “Calzones rotos(*): Revancha de mujeres” transcurre en una casona habitada por mujeres de la alta sociedad provinciana, con Matilde (Gloria Münchmeyer) como la matriarca, con tres hijas solteras y una adoptada. La inminente muerte de Matilde obliga a sus dos nietos a regresar al hogar (uno casado con una estadounidense), desatándose entonces una serie de hechos confusos que revelaran desde relaciones incestuosas hasta engaños, pasando por accidentes y venganzas, en una trama no lineal recurriendo constantemente al flashback
En una confesión de Matilde al cura del pueblo revela haber asesinado a su marido Alfonso (Patricio Contreras) hace cuarenta, y haberlo escondido en un arcón-baúl, en la cochera, en el cual ya se encontraba ocupado por otro cadáver de alguien al que ella no conocía. A partir de allí la historia es llevada, mediante una estructura coral, en un ir y volver en el tiempo, abordando cuestiones como el abuso de poder, los mandatos familiares, el machismo, con el sexo, o mejor la sexualidad, como el motor de la narración, tanto como herramienta de placer como de dominación.
En una entrevista que le realizaron a Patricio Contreras, el interlocutor le preguntó si en los tiempos actualesw el personaje que el encarnaba podría definirse como el típico “machirulo”, obteniendo como respuesta: “Si, por supuesto, Es un “machirulo”, Responde a todos los “valores” de una generación. Mi personaje participa en el segmento de la historia situada temporalmente en los años ‘20. Conociendo la generación de mis padres, que eran de una época más cercana a la que cuenta la ficción, sé que debe haber sido un “machismo” recalcitrante. Y muy bien visto. El sometimiento de una mujer era un deber masculino y quien se retobara sufriría el castigo.”
Los actores, tanto los nombrados como los restantes integrantes del elenco, Graciela Tenenbaum, Catalina Guerra, Julio Jung y Consuelo Holzapfel, con una trayectoria más amplia en Chile que en nuestro país, cubren con solvencia los roles que les fueran asignado, La fotografía de Arnaldo Rodríguez consigue enriquecer la ajustada recreación de la época, en tanto que la música de Felipe Cadenasso y Antonio del Favero aporta la debida atmósfera a las situaciones sin distraer la atención audiovisual del espectador. En el orden técnico, la tarea más compleja corresponde a Juan C. Gómez Millo, quien afinó con justeza el montaje de las tomas y escenas para seguir adecuadamente el desarrollo en los quiebres temporales que planeaba la continuidad narrativa..
Como resultado es una producción irregular, pero logra salir airosa como para ser tenida en cuenta.
(*) “Calzones rotos”: Dulces típico chileno, de masa frita, hecha de harina, polvo de hornear, azúcar flor y huevos, que suele servirse a la hora de la merienda.