Fabiana busca quedar embarazada y está dispuesta a hacer lo que sea necesario para poder lograrlo: conspirar con su amiga, manipular al marido, pedirle esperma a un extraño. Todo se pondrá en juego y cada uno de ellos cruzara límites llegando a lugares de sí mismos, que en verdad desconocen En su tercer largometraje (“El mal del sauce”, 2010, “Yarará” 2915) Sebastián Sarquis nos enfrenta a una historia donde los cuatro personajes buscan aprender, conocerse para encontrarse, en un mundo moderno, con nuevas formas de comunicación. Sienten la carencia, cada uno de ellos necesita algo, algo que les falta, representando los argentinos de clase media a la que toca de pasada: feminismo, poli amor, corrupción estatal, y otros temas. Lástima que sólo se enumeran de pasada, con técnica de plano y contra plano, con total carácter de producto televisivo evocando un costumbrismo de fines de los ’90. Los actores intentan ponerse en sus hombros toda la obra, y la verdad es que no cuenta ni siquiera con la base de los gags, casi todos forzados, sin logran completar, o redondear, un producto que desde su origen implicó asumir una misión imposible.
Jorge Piwowarski Roza en su opera prima cumplió las funciones de realización., producción, fotografía, diseño de producción, coguionista y compaginación, por lo visto un hombre orquesta, hablando cinematográficamente, quien en los años ‘90 curso fotografía y cámara en SICA; estudio arte, edición y montaje, participando en unos 40 proyectos de largometraje, de ficción y documental. Néstor (Ariel Pérez de María) y Rafael (Tomas Fonzi) son amigos y futboleros, fanáticos de Atlético Saavedra, club del ascenso que el fin de semana jugará en Mendoza la final del Torneo Federal, cuyo ganador subirá directo al Torneo Nacional. Ellos tienen todo listo para ir en auto a la ciudad cuyana…pero dos días antes del viaje aparece Fabián (Fernando Govergun), amigo de la infancia de Néstor, que reside en Colombia desde hace años y volvió al país especialmente para ir a ver el mismo partido. El problema es que Néstor es creyente, al grado enfermizo, de cábalas, mufas y todo aquello que tenga que ver con la suerte, ya sea buena o mala, al extremo que es capaz de pisar excremento si eso le asegura el triunfo de su equipo.- y resulta que Fabián arrastra desde siempre un estigma social…sí, el de ser considerado mufa…yetattore, Cada partido al que Fabián fue a la cancha Atlético Saavedra perdió. Así que hay que hacer lo imposible para impedir que llegue a pisar el estadio mendocino, eso sí, sin que se dé cuenta.-- y si se da cuenta, no importa. Tal la historia de esta producción jugada en tono de comedia, que roza lo absurdo, y cierto humor negro, todo narrado con bastante humor, y que deja como resultado que la amistad es más importante que la pasión futbolera, para eso el entramando recurre a la inclusión de desencuentros, equívocos y gags que, aun sin ser nuevos, logran su cometido provocando risas y sonrisas a lo largo de sus ochenta minutos…y no es poco. Buen trabajo actoral, con Fonzi en un rol hecho para él, un Govergun que cumple perfectamente el rol del amigo bueno e inocentón, y un Pérez de María que se pone al hombro la película con su creíble y excelente trabajo, sin desmerecer a todo el elenco que lo acompaña. Habrá que tener presente al realizador para ver su crecimiento en futuras obras. Pues su presentación es satisfactoria si espectadopr quiere pasar un buen momento, reírse y olvidar, por algún momento, sus problemas.
El documental “La Internacional del fin del mundo” es el segundo proyecto del Grupo Contraimagen, un colectivo de artistas de varias disciplinas (cine, teatro, plástica, música, estudiantes y docentes de arte), al cual pertenecen Violeta Bruck y Javier Gabino encargados de la dirección, guion y montaje de ésta producción, el primero fue “Memoria para reincidentes” en 2012. La obra apunta a ofrecer un compacto de los comienzos de la izquierda en la Argentina a través de la vida de cuatro jóvenes de principios del siglo XX (Pedro Milesi, Mateo Fossa, Mika Etchebehere y Liborio Justo); provenientes de diferente origen social, dos obreros, una estudiante de clase media, y el hijo del presidente de la Naci´pon Agustín P. Justo. Él documental se inicia y finaliza con un cartel que dice “que si bien la historia transcurre en Buenos Aires, podría transcurrir en cualquier lugar del mundo” y propone un viaja desde el presente (siglo XXI) al pasado (siglo XX), a través de testimonios e imágenes de archivo, donde se entrecruzan ficción y realidad, para introducirnos en el nacimiento de la izquierda argentina, a través de aspectos que caracterizaron a personajes involucrados, entre ellos Pedro Milesi (1888-1981) obrero y dirigente gremial, protagonista en la movilización hoy conocioda como La semana trágica en la Capital Federal (07 al 14 de enero de 1919) por la huelga de los Tallerres Vasena, que dejó como saldo centenares de muertos víctima de la represión gubernamental, para llegar a la movilización del 17 de octubre de 1945, y aludir a la que originó el primer Cordobazo (29 y 30 de agosto de 1969) Confinado en el penal de Ushuaia, se convierte en educador de sus compañeros, prisión y lucha: “Comenzamos un curso sobre organización sindical, continuando con otro sobre el rol de la mujer obrera en las luchas revolucionarias, y después, a pedido de los compañeros, di un curso sobre materialismo histórico y economía política”. Mika Etchebehere (1902-1992), otro de los evocados, viajó a Alemania a fines de 1932, cuando Hitler intentaba conseguir el poder político, en 1936 viaja a España y se alista en las milicias del POUM (Partido Obrero de la Unificación Marxista), parte al frente de lucha y se convierte en la única mujer capitana de la Guerra Civil Española. En cuanto a Mateo Fossa (1896-1973), en el Buenos Aires de finales de 1935 los obreros de la construcción se declaran en huelga y Fossa, dirigente del gremio de los madereros, impulsa la solidaridad con los obreros en huelga, utilizando todos los medios al alcance para que la huelga general llegue “hasta el último rincón de la clase obrera”, luego viajara a México (1938), y lograra entrevistar nada menos que a León Trotsky. Y el creador del primer escrache nacional, el último de los evocados, Liborio Justo (1902.2003), cuando el 01 de diciembre de 1936, en el Congreso Nacional, se encontraba de visita Franklin Delano Roosevelt quien fue increpado por un joven de 34 años con el grito de “¡abajo el imperialismo!”, desde los balcones internos del recinto, estando de pie junto al invitado de la mayor potencia mundial,. Agustín P. Justo, entonces primer mandatario argentino, y padre del provocador Mónica Justo, su hija, comenta en una entrevista que él “hubiera tenido un lugar al lado del establishment, que es lo que le correspondía. Pero eligió ser la oveja negra y enfrentar a todo el mundo”. Aquella oveja negra, bajo varios seudónimos, fue autor de “Nuestra patria vasalla”, en seis tomos. El documental, es una interesante evocación entre el presente y el pasado, reflejando un paralelismo entre los problemas de principios del siglo XX y las dificultades del comienzo en el presente siglo XXI, donde se visibilizan las consecuencias de las fallas del sistema capitalista y la exclusión de las políticas neoliberales. Los realizadores elaboraron un documental de estructura clásica basado en investigaciones, con entrevistas y testimonios, imágenes y documentos lo cual permiten esbozar una idea respecto de la influencia de la revolución rusa en estas tierras, como asimismo de los procesos locales entre principios del siglo pasado y nuestra actualidad enmarcada en la corriente de La Internacional.
Walter Tejblum concreta con “Shalom Taiwán” su primer largometraje de ficción, después de haber estrenado. en el 2014. su documental “Malka, una chica de la Zwi Migdal”. Aarón (Fabián Rosenthal) es un rabino a cargo de un templo que ayuda a la comunidad judía, especialmente a los más carenciados, y que le resta tiempo para dedicar a su familia. El templo está con problemas financieros por una crisis, y sus deudas -nada que ver con la actualidad, El protagonista viaja a Nueva York con la finalidad de buscar donantes para el templo, pero lamentablemente no lo logra. La situación económica se complica cada vez más, principalmente por las amenazas de un prestamista, Suarez (Carlos Portaluppi), quien desea quedarse con el templo y hacer negocios inmobiliarios; Aarón viajara a Taiwán para conseguir el dinero y pagar la deuda, éste viaje le presentara al protagonista diversos desafíos para poder cumplir su misión. El guion es compartido por: Walter Tejblum y Santiago Korovosky (también actor en el film), y hace caer todo el peso en el protagonista absoluto, quien logra salir airoso en su primer papel protagónico. La historia, enmarcada en el género de comedia dramática con matices costumbristas, cuenta para su desarrollo con el aporte de un excelente grupo de actores: Mercedes Funes, como la esposa del rabino, Betiana Blum, en un pequeña participación como la madre del protagonista, Santiago Korovsky, Paula Grinzpan, quien ponen el toque de humor, Alan Sabbagh, Sebastián Hsu (taiwanés de origen, residente en la Argentina), con la participación de actores estadounidenses y taiwaneses. Es de destacarse el trabajo de producción, pues no es nada fácil rodar en tres países diferentes y, aún más, salir airosos Una producción entretenida y simple, pero no por ello menor, todo lo contrario, una buena realización que no sólo puede disfrutar la comunidad judía, sino el público en general.
Cada vez que veo un film que trata temáticas referidas el mundo de los profesores conduciendo a esudfiantes conflictivos recuerdo “Semilla de maldad” (1955) de Richard Brooks, que tuviera dificultades en su estreno mundial pues los estadounidenses consideraban que esa producción daba una mala imagen de su país. Pero bueno, a lo nuestro. “La escuela contra el margen”, es un documental de Lisandro González Ursi y Diego Carabelli, los mismos que realizaron “Errantes” (2012, su opera prima), en la cual narraban el desalojo del asentamiento “La Lechería”, ubicado entre los barrios porteños de La Paternal y Villa del Parque, siendo también ambas guionistas y directores. González Ursi y Carabelli se conocieron trabajando en la Universidad del Cine, ambos son docentes de un programa socioeducativo encargado de enseñar cine a estudiantes de escuelas de barrios, socialmente vulnerables. De esa manera se contactaron con la Escuela de Educación Media 1 “Manuel Mujica Laínez”, del distrito escolar 13, en Villa Lugano, la cual ahora es la protagonista del documental que nos ocupa. Diego Carabelli comenta que “durante el conflicto del “Indoamericano”, en la toma del 2010, la escuela “Manuel Mujica Laínez” tuvo que intervenir ya que los alumnos de ambos barrios convivían en la institución, así se conformó un espacio donde se podían debatir estas cuestiones. El taller lo propusimos como programa externo del Ministerio de Educación que articulaba con la materia de comunicación. Lo de la toma lo pensamos como disparador paras tocar problemáticas que son muy actuales, como la discriminación o la estigmatización de la juventud. Pusimos a la escuela como protagonista por ser el espacio donde confluyen todos los temas que aborda el documental: vivienda, discriminación, inmigración, adolescencia, etc. Para lograrlo, decidimos también registrar algunas cosas que pasaban afuera de esa aula, como las reuniones docentes o el trabajo administrativo que hace todo el cuerpo no docente que, en la mayoría de los casos, se tocan los mismos temas que en el aula, como la problemática de los barrios o la deserción escolar. No es la historia de un grupo y nada más. No es un lugar aislado sino que deben manejar todo tipo de conflictos que marcan la vida de sus alumnos. En suma, de una escuela y su comunidad al mismo tiempo.” El documental se inicia con la entrada de la docente Florencia Vives al aula para dictar la primera clase del año lectivo (2015), pero los alumnos de cuarto año hablan a los gritos, se empujan, miran sus celulares, o hacen cualquier otra cosa menos prestar atención. Más aun, parece que estuvieran poniendo especial cuidado en hacerle notar a la profesora que no importa lo que haga, no hay ninguna posibilidad de que vayan a prestársela, ni ahora, ni nunca. “No queremos aprender” es el mensaje cifrado que preanuncia una guerra que podría durar todo el año. Se trata de un grupo difícil, integrado por adolescentes de los barrios marginales de la ciudad, muchos de ellos son parte de distintas comunidades de inmigrantes, a las que el resto de la sociedad no trata con cariño ni respeto. La profesora ya paso anteriormente por esta antes y sabe que no es contra ella, no es nada personal, porque el desafiar a los adultos es un ritual que los jóvenes repiten desde el inicio de los tiempos. Con paciencia y astucia ella se ira ganando el interés de ese alumnado difícil, trabajo arduo, pero al final de la película la actitud del inicio se ira transformando en afecto y, casi sin darse cuenta, será a través de ese vínculo amoroso que cada chico terminara cumpliendo el objetivo al que negaba al principio del curso. Diego Carabelli refiere la labor realizada: “Teníamos unas noventa horas de filmación, y en algunos casos a dos cámaras. Fue clave ir organizando el material para que esté listo. El encargado del montaje fue Eduardo López López, un gran profesional, quien realizo un trabajo obsesivo de verse todas las horas de filmación, y ahí se fue puliendo para armar la estructura. Lo que teníamos en claro era que iba a ser un registro observacional donde nosotros no interveníamos. No iba a haber entrevistas. El objetivo era que se cuente por si solo. En ese sentido el tiempo lo marcaba la estructura dramática. Como en todo documental nos fuimos dando cuenta quienes serían los personajes más ricos a medida que avanzábamos en la filmación y empezar a entender las lógicas internas para visualizar las líneas narrativas y establecer un recorte.” El resultado del trabajo de González Ursi y Carabelli apunta a una reafirmación de que el conocimiento y la educación son las herramientas más eficaces para lograr un cambio profundo en la sociedad y sus individuos, pero no sólo para estos chicos. “La escuela contra el margen” es una oportunidad para que el espectador también cambie respecto de sus propios prejuicios de clase.
Tercer largometraje como directora y guionista de Natalia Smirnoff (“Rompecabezas” 2009, “Cerrajero” 2013), ”La afinadora de árboles”, todo un logro en nuestro alicaído cine, y con una trayectoria interesante en el medio cinematográfico, trabajando con nombres conocidos: Lucrecia Martel, Alejandro Agresti, Marcos Bechi, entre otros. Su nueva realización tiene como protagonista a Paola Barrientos (Clara), que se hiciera conocida del público argentino por la publicidad de un banco, quien anima a una ilustradora y escritora de cuentos infantiles a punto de recibir el premio más importante de la literatura infantil, y de su carrera. Desde su regreso al país logra concretar su necesidad de mudarse al cono urbano, próximo al lugar de su nacimiento, con su familia integrada por: Francisco (Marcelo Subiotto) esposo, abogado, y representante de Clara, sus hijos Violeta (Violeta Postolski), en su etapa adolescente), y Lisandro (Oliverio Acosta), lo que significa su reencuentra con viejos conocidos, entre ellos un antiguo novio, actualmente carnicero. Ariel (Diego Cremonesi) y su hermano cura, Carlos (Matías Scarvaci), todo lo cual significará un replanteo de su vida, de sí misma, lo que parece inevitable. Clara se muda, pero no sabemos si es para llevar una vida más tranquila para ella, para el desarrollo de su profesión, o algo más. Allí se reencuentra con antiguos conocidos y eso la lleva a conectarse con una nueva vida, más sencilla, y conectarse con una comunidad en la cual ella y sus hijos se sienten mejor. Es una película que se toma sus tiempos, ojo, no quiere decir que sea lenta y aburra, todo lo contrario, es una historia que cierra perfectamente en todos sus aspectos, lo que nos habla de un buen guion y una realización en la cual Natalia bSmirnoff sale airosa como directora de actores, todos con un muy buen nivel, parejo y bien logrado, con lucimiento personal de Paola Barrientos, bien contenida, plagada de gestos sutiles, logrando una interpretación excelente. “La afinadora de árboles” es una mirada femenina, poética, natural, y profunda, que se hace grande en los detalles, que su responsable acentúa cuando pone la cámara al servicio de los personajes siguiéndolos de cerca, logrando que el espectador se sienta parte e involucrado en lo que está viendo, difícil para el público en general, pero no para aquellos ávidos de propuestas diferentes
Todos sabemos lo difícil que es filmar una película, incluso los documentales, que hoy se pueden realizar con cierta facilidad. Pero una producción que mezcla ficción y animación creemos que es aún mas difícil, y si la tarea la ubicamos en Misiones, bueno, ya lo podríamos considerar milagroso, y calificar como una “misión imposible”, ojo que no me refiero a la serie de TV o las de Tom Cruise, sino a la realización de Gastón Gularte que nos ocupa, su segunda película, pues su opera prima fue “Detrás del Sol, mas cielo” (2007), también filmada en Misiones. Por lo tanto estamos hablando de un cine regional, y entonces el sacrificio es doble, o triple, de lo que cuesta hacerlo en los tradición ales centros de producción. Dicho esto, vamos a nuestro asunto. En su contenido la película gira sobre el respeto al medioambiente. y la participación de niños y niñas para poner de relieve que ellos aún no están corrompidos, ellos son el eje central de la historia que narra la obra, en sociedad con la naturaleza, en oponerse a la devastación de los recursos naturales que enmarcan la existencia del ser humano. El 07 de febrero de 2011 se iniciaba el rodaje, abarcando no menos de cinco lugares diferentes de la provincia de Misiones como escenarios naturales, así se asoman las Cataratas y un hotel de Iguazú, el casco de una estancia (Santa Inés), entre otros, que lograran dejar admirados a los espectadores por su belleza natural, punto a favor por mostrar un lugar turístico de hermosura sin igual. Durante dos meses el equipo técnico de más de 40 personas estables, y el elenco, recorrió las locaciones seleccionadas de la provincia. Una vez concluida la filmación, los procesos de post producción, incluido segmentos importantes de dibujos de animación (bien logrados), recién culminaron a fines de 2018 Es destacable que la mayoría del equipo técnico es misionero, el que contó con la participación de profesionales de España, Suiza y México. El director y guionista se animó a realizar una película dirigida a los niños, que los tiene como protagonistas, y combinar sus imágenes en vivo con cine de animación, lo que supone un gran trabajo, el que se dilató por la salida del proyecto de coproductoras europeas por problemas surgidos en sus lugares de origen. Para la obra fueron elegidos, con mucha dedicación y horas de trabajo del casting que convocó a más de 700 postulantes, 30 niños a fin de cubrir a los cuatro personajes principales y a los extras. La tarea posterior fue la de instruirlos actoralmente para enfrentar la cámara, siendo seleccionados para protagonizar la historia Isabela Caminos Bragatto (Cara Sucia), Matías de Jesús, Karen Slabcow, Vladimir Krauczuk y David Rodríguez Pérez. A ellos se sumaron actores profesionales, entre otros Laura Novoa, como la excéntrica villana (Melany), cuyo vestuario diseñó la misionera Miuki Madelaire, quien también encarna a Tryce, la asistente de Melany, Gustavo Garzón animando al doctor, la reconocida actriz española Ana Fernández, y Jesús Pérez Echanique (actor paraguayo), con la participación del cantautor uruguayo Rubén “el negro” Rada, poniéndole la voz a uno de los personajes animados. Los profesionales cumplen satisfactoriamente con sus respectivos roles, llamando la atención la naturalidad de los chicos y, en general, todos salen airosos en sus cometidos. La fábula ecologista dedicada a los chicos plantea el poder corruptor del dinero, la bruja seduce a los adultos con regalos costosos, y sólo los pequeños, aun puros, son quienes se dan cuenta de las verdaderas intenciones. La música original corresponde a Osvaldo de la Fuente quien, a pedido del realizador, convoco a los Grillitos Sinfónicos para interpretar algunos instrumentos de la banda sonora Es destacable el esfuerzo del misionero Gastón Gularte, quien logra sobreponerse con habilidad e ingenio a las carencias tecnológicas y presupuestarias, para ofrecer una realización honesta y digna de ser tenida en cuenta en el actual panorama cinematográfico nacional.
Tercer largometraje de Gaspar Scheuer (*) que viene de participar de Selection Cannes Ecrans Junior, Francia 2019. Realizador, guionista y técnico de sonido, rol éste último que ha desempeñado en más de cincuenta películas, con directores como: Fernando Birri, Pino Solanas, Raúl Perrone, Edgardo Cozarinsky, por lo cual podemos decir que no es un recién llegado al cine nacional. Un chico de 11 años, Delfín (Valentino Catania), vive muy precariamente con su padre joven en una casilla que alquilan, medio derruida, en los suburbios de un pueblo provinciano. La historia revela el transcurrir de unos pocos días en su rutina diaria: levantarse muy temprano para desayunar en la panadería del pueblo, donde hace el reparto matutino en bicicleta: Después al colegio, donde suele quedarse dormido; y a veces, a la salida del colegio, seguir a una maestra joven por la cual se siente atraído. Sus momentos felices los vive cuando toca el corno francés, que le presta su maestro El deseo de Delfín es participar de una audición en la ciudad de Junín para integrar una orquesta, y tener la posibilidad de progresar. Un realizador estadounidense, no recuerdo el nombre, decía que lo más difícil en el cine era trabajar con animales o niños, sin embargo la cinematografía iraní, por ejemplo, logró excelentes producciones basándose en historias protagonizadas por intérpretes infantiles. En “Delfín”, Scheuer logra presentarnos un relato sensible sin caer en un realismo rural que realce la pobreza, ni en soluciones mágicas. Contó con un buen desempeño actoral, especialmente el debutante Valentino Catania, quien transmite sensación de veracidad en su desempeño, adecuadamente acompañado de ese padre joven (Cristian Salguero), y un reducido, pero efectivo, plantel de actores. La música de Ezequiel Menalled aporta un buen marco sonoro a las escenas, y la fotografía de Guillermo Saposnik enriquece visualmente el desarrollo de la historia. Hilando fino, del entramado del relato emergen varios subtemas que ira de4scubriendo el espectador con Delfin como eje: la atracción por la joven maestra: las deudas del padre con un prestamista; la ausencia de la madre: la interrelación del grupo de amigos. Todos aspectos que son presentados pero que no tienen un desarrollo apropiado en el tratamiento general de la obra. El rodaje tuvo lugar en Los Toldos, provincia de Buenos Aires, donde Scheuer residió durante varios años, declarando que “fue muy emotivo desde lo personal ya que viví ahí hasta los dieciocho años y muchas escenas que filmamos podrían asociarse con mi infancia. Me podía ver a mi mismo varias décadas antes, los actores principales fueron ubicados en la zona”. El resultado es una realización modesta, pero interesante para conocer pequeñas/ grandes historias. (*) Cortometrajes: “El informe de Suarez”, 1995, “Fragmentos de los Hecatombitas” 2001; Largometrajes “Desierto negro” 2007”, “Samurái” 2012).
Tercer largometraje de Eduardo Meneghelli (con larga trayectoria en la actividad teatral), le antecedieron “Román” 2017, y “Ruleta rusa” 2018, “Blindado”, puede inscribirse en el subgénero del thriller ,– películas de golpes o heist movies, centrados en robos planificados y con gran cantidad de dinero en juego, pero las cosas habituales de estos robos se desdibujan cuando el foco de atención se desplaza hacia el mundo interno del protagonista, Luna (Gabriel Peralta, actor venezolano fetiche del realizador, pues cubrió también al personaje central en sus dos producciones anteriores Tras la muerte de su familia, esposa e hija, en un accidente, Luna cae en una profunda depresión hasta que en un sueño se ve a sí mismo manejando en la ruta junto a una mujer y su hijo, ella es Selva),(Alicia Jones, actriz brasileña) empleada de la transportadora de caudales donde él trabaja, a quien él apenas la conoce pero lo toma como una revelación: tiene que salvar a Selva y su hijo (Emilio Vodanovich), para ello recupera su trabajo como chofer de caudales, se acerca a ella y su vida vuelve a tener sentido, decide ayudarlos y proveerlos para un futuro mejor…y prepara un arriesgado plan para lograrlo. “Blindado” es una producción que tiene partes bien logradas, las mejores escenas son las qiue se juegan dentro del vehículo, cuando están en el blindado, con sus compañeros, que son claustrofóbicas,: Vítale (Luciano Cáceres), Luisito (Luis Ziembrowski) El pony (Lautaro Delgado), Quique (Esteban Menis), y Yáñez (Gonzalo Urtizberea) con buenos desempeños, es más, sobresalen frente a la inexpresividad del protagonista. Por otra parte se suman repeticiones de tomas aéreas que cansan, con un guion que adolece de no cerrar los personajes, y un desenlace que no se lo cree nadie, salvo que la comunidad donde sucede, por sufrir de sordera generalizada.
“A oscuras”, segundo largometraje (*) de Victoria Chaya Miranda (directora, guionista y productora), es un drama coral sobre tres personajes vinculados a la noche porteña; Lola (Esther Goris), una diva grande que se encuentra en su etapa de decadencia, Ana (Guadalupe Docampo), una bailarina que se gana la vida bailando en el caño, pero que sueña con el baile clásico, y Lucio, el encargado de un boliche nocturno , adicto a la cocaína, interpretado por Francisco Bass. Ya podemos inferir el porqué del título. Las tres historias tienen en común la desesperación y la soledad de los protagonistas, quienes están aislados en sus problemáticas (solitarias y marginales), pero que cuentan con personajes secundarios (muy humanitarios), diría más bien de apoyo, que van tomando preponderancia a través de la solidaridad hacia dichos personajes, con Mario, un taxista, muy bien interpretado por Arturo Bonin, y un cafetero, a cargo de German de Silva. La trama nos muestra un micro mundo de turbios negocios, y la necesidad de los protagonistas de no sucumbir en la depresión; la pesada carga que las mujeres llevan en una sociedad desigual. La directora aposto a seguir a esas criaturas que tratan de escapar a su sino, logrando un film dramático con las incertidumbres que les toca vivir cotidianamente. Pablo Parra cumple a la perfección con la cámara y fotografía, interesante en lo visual y el tratamiento de cámara logrando acentuar lo que la realizadora nos dice con el título. Por su parte Catalina Oliva en su rol de directora de arte logra que los escenarios sean creíbles, impecables y, sobre todo reales, acompañado por la música de Lula Bertoldi. El guion adolece de algunas deficiencias, cuando deja algunos personajes colgados de la brocha, sí, podemos imaginarlo, pero lo que no está explícito en el film no existe, al menos así me lo enseño mi profe. El trabajo actoral es satisfactorio, no sólo en los actores con trayectoria, sino en general, sobresaliendo, como queda dicho, Esther Goris, Arturo Bonin y Guadalupe Docampo. Interesante producción que presenta a una realizadora interesante, que sabe lo que hace y lo que quiere hacer. (*) “Eso que llaman amor” -2015-, además del cortometraje “Cómodos” -2017-, que participó en la sección “Marche du film” en el festival de Cannes, y, pendiente de estreno, “Lo habrás imaginado”