En la casona de hacienda viven sólo mujeres: Matilde, la matriarca, sus tres hijas solteras y la más joven, una adoptada. Matilde está muriendo, motivo por el que llegan a la casa sus dos nietos, uno de ellos con su esposa norteamericana. En su confesión póstuma al cura del pueblo, Matilde afirma haber asesinado a su marido, 40 años antes, y haberlo “sepultado” en un arcón de la cochera, arcón que ya estaba ocupado por el cadáver de un hombre, desconocido para ella. Son sólo un par de secretos que cohabitarán en la casa y que saldrán a la luz en este breve pero intenso reencuentro familiar.
Esta coproducción entre Chile y Argentina dirigida por Arnaldo Valsecchi cuenta con el guion de Valeria Vargas y Arnaldo Valsecchi y está basado en la novela homónima de Jaime Hagel. El elenco lo conforman Annie Fink, Patricio Contreras, Gloria Münchmeyer , entre otros.
Calzones Rotos es una comedia negra que nada tiene que ver con esa masa dulce tan popular en Chile. Situada en algún lugar de Chile durante una época incierta, ya que nunca lo aclara. Juega con el pasado y el presente de manera descuidada, las protagonistas son casi todas mujeres y los hombres juegan un rol demasiado patético.
Si bien el título pregona un “Revancha de mujeres” se aleja bastante de eso ya que a pesar de contar con un reparto casi por completo de mujeres, sólo las coloca en una posición ingenua y hasta inútil ya que sólo se les ocurre recurrir al asesinato en defensa propia.
Desde incesto, abuso, muertes, prostitución y un machismo extremo, Calzones Rotos no suma nada a la condición de la mujer, sólo resta. Lo mejor ( y lo único) que funciona son los planos a la locación de la casona con las estatuas como testigos de los enredos familiares y la música.