Comedia televisiva y algo sensiblera, con mensaje eficaz
Se estrena en Latinoamérica como «Cambio de planes» esta pieza española de título más original, musical y enigmático: «Maktub». Que en árabe significa algo así como «está escrito». Y que en su país tuvo buena recepción y hasta fue nominada al Goya en los rubros de director debutante y actriz secundaria. Esto se entiende fácil, Goya Toledo hace un trabajo elogiable. Lo de director debutante merece una aclaración.
Ocurre que la película, así como así, más parece un especial televisivo de Navidad, irregular, medio berreta, levemente sensiblero, tipo comedia familiar de otros tiempos y pare de contar. Pero ahí está el detalle: el autor hizo deliberada, sinceramente, con limitaciones pero mucha capacidad de comunicación, una comedia popular, de esas que tienen la intención declarada de tocar los corazones de la gente sencilla que tiene corazón. Gente que casi al mismo tiempo rie y suelta lagrimones viendo lo que acá se cuenta: cómo un amargado en crisis familiar y general aprende de un pibe animoso con cáncer en etapa avanzada. Cómo un tipo que tiene suficiente para sentirse bien, aprende de un pibe que se siente físicamente mal y lo único que tiene más que suficiente es el pronóstico reservado. Y en vez de llorar y bajonearse reparte alegría. Y entre ambos encabezan la cena de una familia de locos.
¿Un cuento fuera de época? Eso lo dirán los cínicos y los exquisitos. El autor dice otra cosa. Cantante y productor televisivo de pasatiempos amables, Paco Arango conduce desde hace años un organismo dedicado a alegrar la vida de chicos enfermos y sus familias, la Fundación Aladina (por su programa humorístico «¡Ala...Dina!», sobre una brujita metida a resolver problemas cotidianos). Esa fundación arma espacios de juegos en los hospitales, atiende trámites cansadores, junta plata para un centro público de transplante de médula osea en Madrid, y tiene un acuerdo con la fundación de Paul Newman «Hole in the Wall Camps», por el cual muchos españolitos enfermos disfrutan de campamentos de verano en un castillo irlandés con todos los gastos pagos, incluido el viaje.
Un tipo así merece respeto y aprecio. Además, la comedia cumple bien con el público. En el reparto destacan Diego Peretti, la viejita Mariví Bilbao, Toledo, la enfermera que hace Rosa María Sardá, y el chico Andoni Hernández en un papel comprometido: su inspiración, y la de toda la obra, es Antonio González Valerón, internado a los 13 por leucemia, muerto a los 16, creador de 14 canciones. Se lo puede ver en Youtube interpretando una de ellas, «Sonrisas que hacen magia», hoy tema oficial de la fundación.