Se hace camino al andar
La opera prima de Francisco Varone, Camino a La Paz cuenta el viaje que emprenden Sebastián (Rodrigo de La Serna) y Jalil (Ernesto Suarez) desde Buenos Aires a la ciudad boliviana cuando sus vidas se cruzan azarosamente. A lo largo de los más de 3000 kms recorridos, esta road movie relatará los tropiezos y aprendizajes que el camino les deparará a estos dos desconocidos.
La vida de Sebastián oscila entre el cuidado obsesivo de su Peugeot 505 y la música de Vox Dei. Luego de recibir varias llamados que confunden el teléfono de su casa con una remisería, resuelve comenzar a darle otro uso al auto heredado de su padre y comienza a trabajar como remis para llegar a fin de mes. Al mismo tiempo, su novia (Elisa Carricajo) se queda sin trabajo, por lo que su repentina ocupación se convierte en el puntapié para sacar a su hogar a flote. Un buen día, Jalil, un anciano y asiduo cliente de religión musulmán radicado en Mendoza, lo contrata para realizar un viaje a la ciudad de La Paz, en Bolivia, donde debe encontrarse con su hermano. Sebastián duda pero termina por aceptar dado que la paga le resulta muy tentadora. Es así como emprende camino junto a este anciano inquieto por llegar a destino.
A lo largo de distintos pasajes que suceden mientras que atraviesan el centro y norte del país,-desde el encuentro con otra religión y hasta circunstancias más disimiles como un robo en el medio de la nada- todas y cada una de las situaciones confluyen sacando a los protagonistas de su mundo conocido y confortable. A su vez, cuanto Sebastián más se interioriza en la vida del misterioso anciano que quiere cumplir una meta personal, más aumenta su anhelo de que llegue a destino cueste lo que cueste.
La propuesta de Varone no es la excepción a la típica estructura de una road movie que va la mano de las peripecias que generalmente los personajes atraviesan en el trayecto, pero también es una película fresca, llevadera y sensible sobre la soledad, el paso del tiempo, la búsqueda de un lugar en el mundo y las segundas oportunidades.
Camino a la Paz no es otra cosa que el encuentro entre dos culturas diferentes, dos seres extraños que inician una experiencia reveladora que enriquecerá la percepción de sus vidas y, al mismo tiempo, deja entrever que la mayoría de la veces los viajes que emprendemos no son solo geográficos, sino también al interior de cada uno. Por lo demás, aunque Camino a la Paz haga uso de formulas ya conocidas, todo eso armoniosamente articulado dan cuenta de un film logrado con emotividad y belleza.