Camino a la redención

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

“Amores perros”, “21 gramos” y “Babel” constituyen una auténtica trilogía que no sólo comparte el mismo director sino también a un idéntico guionista, Guillermo Arriaga, quien ahora se ha lanzado a la dirección de su propio largometraje.

“Camino a la redención” no oculta el sello de los films anteriores, al presentar a una serie de personajes que tienen más de un vínculo común, que son retaceados al principio. El espectador irá armando un verdadero rompecabezas, con dos historias paralelas que giran alrededor de sendas figuras encarnadas por Charlize Theron y Kim Basinger. A esos caracteres se agregará otro femenino a cargo de Jennifer Lawrence (Mariana), dando la impresión de que para Arriaga el universo norteamericano (al menos en el film) resulta femenino. No casualmente los principales personajes masculinos son étnicamente mexicanos o más propiamente dicho “chicanos”, lo que reafirma la afirmación anterior. Nick, uno de ellos, interpretado por Joaquim de Almeida tiene un affaire con Gina (Basinger) y sus encuentros furtivos transcurren en una especie de casa rodante (“trailer”) en pleno desierto. La primera imagen del film ocurre en ese sitio y explica de por si sola el título original de la película (“The Burning Plain”).

La siguiente escena nos muestra a una muy bella Sylvia (Theron), desnuda, observando a través de una ventana y siendo vista por algún curioso, mostrando su intimidad. La historia en esta primera mitad parece inclinarse hacia este personaje transcurriendo en el restaurant en que Sylvia hace de maitre. Pese a que le dice a un cliente que no traba relación con los que alli consumen, su inmediato proceder parece demostrar lo contrario. Ella es sin duda una mujer extremadamente liberal e independiente, cortejada por su gran belleza y atractivo. Pero también se percibe que no tiene muy claro hacía donde va su vida.

Lo que permitirá ir armando la historia será la relación que se establece entre la ya mencionada Mariana y el joven Santiago (J.D.Pardo), de origen mexicano. No resulta conveniente dar más datos sobre la manera en que se conocen y las relaciones que tienen con los personajes anteriores. Sí anticipar que el conjunto cierra bien y que la progresión dramática está bien dosificada en el tiempo. Un accidente de un avión que fumiga los campos hará que adquiera importancia un cuarto personaje femenino más joven, María, que a diferencia de los anteriores tiene rasgos latinos. Es muy buena la caracterización que logra Tessa La y será la última media hora del film la que redondee la trama.

Quizás más de un espectador perciba, en algunas de las resoluciones, la presencia de golpe bajo. Más justo sería objetarle al film ciertas situaciones que, por previsibles, no le quitan interés al conjunto marcando un auspicioso debut de Arriaga.