Documental apócrifo sobre las circunstancias de otra realización, la del vanidoso Leo J, estrella pop frutariana (sólo come frutas que caen de los árboles). Leo hereda una casa y descubre con ella un tesoro paranoico: material que prueba la existencia de una conspiración histórica, una campaña antiargentina comandada por una oscura logia fundada por el Virrey Cisneros que estuvo detrás de nuestras grandes tragedias, desde la muerte de Gardel al fútbol, el Che Guevara o las oscuridades de la política. La primera película de Alejandro Parysow, coestrita con Pablo Marchetti (revista Barcelona) es un gran chiste que petardea, a medida que su rocambolesco protagonista va perdiendo la chaveta -o mientras crece su obsesión-, el contradictorio y vacuo orgullo patriótico argentino. Si acaso le sobran algunos minutos para ser más redonda, tanto el formato como la idea general soplan originalidad y renovación al paisaje de la comedia ácida vernácula. Además de buen humor y una bienvenida patada contra la solemnidad.