CRECER AL AIRE LIBRE
Camping de Luciana Bilotti es tan simple como su título. La ópera prima de la directora mendocina es una obra personal e íntima sin ser autorreferencial, valiéndose de una historia pequeña que se concentra en un campamento de unos pocos días, oficiando de coming of age para su protagonista preadolescente Estefanía, pero también es el zócalo de un mural que ilustra tensiones familiares, roles de género y frustraciones de un mundo adulto que representan sus padres. Todo este concentrado de temáticas subyacen narrativamente pero la mirada de la directora se focaliza en la memoria epidérmica de lo que sucede, aquello que es recordado con ternura a pesar del dolor. Hay en Camping una memoria de la calidez con que se recuerda esa salida al aire libre, un despliegue de gestos, descubrimientos, olores y pequeñas odiseas que hacen al mérito de la directora por lograr comunicar este universo con una notable sensibilidad.
El film se inicia con un pequeño prólogo que desdibuja los límites entre ficción y no ficción, mostrando imágenes de archivo de la vida de la directora que quedarían como un paréntesis lúdico si no marcara de alguna forma el punto de vista y la perspectiva del film. La niña es también Estefanía, la protagonista, y sirve como punto de encuentro con las imágenes de archivo del epílogo, dando una línea que marca el tono de Camping. Junto a sus padres se aloja en un predio para pasar un tiempo libre alejándose de la rutina citadina, pero ese escape pronuncia también el desgaste de la pareja y los desencuentros en torno a Estefanía, que se encuentra además atravesando la conflictiva etapa entre la niñez y adolescencia. Este desgaste progresivo en la narración explota hacia el desenlace, que sin embargo toma una senda que se queda con el punto de vista de la protagonista, dejando al mundo adulto de sus padres como un misterio mientras vuelven a su hogar.
La cámara de Bilotti nos hace testigos ocasionales de la vida en ese camping capturando escenas cotidianas y dejando al desnudo el conflicto y la tensión que subyacen. El hecho que los planos sean en su mayoría cerrados, con muy pocos generales, da una sensación de claustrofobia e intimidad que subraya los momentos de tensión pero también aquellos que hacen al film más cercano al espectador. Las tomas largas al hombro contribuyen sin duda a crearnos esa falsa ilusión de testigos de esta familia, una elección interesante de Bilotti. Otras elecciones hacen sin embargo al relato menos homogéneo, en particular algunos momentos donde se fragmenta el punto de vista. Si bien dijimos que prólogo y epílogo marcan el punto de vista y resultan prácticamente llaves para contener una oración, existen aisladamente secuencias que se salen de la lógica de Estefanía mostrándonos cómo se siente cada uno de sus padres en soledad. Estos momentos no afectan el clima del relato pero sí su perspectiva al elegir mostrar lo que Estefanía intuye entre conversaciones. Una elección curiosa del guion que marca un interés por desarrollar el mundo interno de los padres, pero que queda trunco.
Camping es una de esas películas que con aparentemente pocos elementos construye desde la memoria emotiva un relato cálido que se sostiene en el afecto por sus personajes y, sobre todo, por su historia, dando una sensación de nostalgia y ruptura que el epílogo cierra de forma convincente.