Tras los pasos de la mayor mentira jamás contada
Cuando Lucas Larriera y Pepa Astellara presentaron "Alunizar" el germen de esta nueva propuesta ya estaba dando vueltas, una película que continúa indagando acerca de tal vez la mayor estafa mediática sobre la conquista espacial y la llegada del hombre a la luna.
Conspiraciones, mentiras, tras la llegada del hombre a la luna se han tejido las más delirantes versiones, aunque muchas de ellas, claro está, apuntan a las continuas falacias y errores que el discurso científico oficial esconde y que en evidentes trazos gruesos y diferencias entre las imágenes se potencian estas dudas.
Ahora en solitario, el director y protagonista, Lucas Larriera, transita su presente entre viajes y un inesperado interés por su película anterior, llevándolo a disertar en la propia NASA sobre los descubrimientos que hizo en el tema, y, particularmente, sobre la obsesión que tiene de “coleccionar” imágenes de archivo, libros y fotografías, sobre el primer paso que dio el hombre en la luna.
Y una vez más, respondiendo a sus inquietudes, inquieto y proactivo, se embarcará en una misteriosa y épica aventura tras los pasos de un ciudadano de apellido Otero, quien fue el único que logró captar, con una antena hecha con una budinera, una transmisión paralela a la oficial sobre el alunizaje.
¿Qué tanto hay de verdad en el hecho? A partir del encuentro con conocidos del misterioso sujeto, vecinos, comerciantes, amigos, el pasado se reconstruye no ya con imágenes de archivo, sino en la oralidad de la anécdota incomprobable.
Del documental biográfico, con el que arremete al espectador en una primera instancia, el director, rápidamente traslada al público hacia una pesquisa de espíritu casi romántico, en donde lograr dar con Otero terminará siendo la nueva obsesión de este especialista en la llegada del hombre a la luna, una oportunidad más de alimentar su neurosis, y no sólo la de él, sobre la verdad del hecho.
Con imágenes de archivo y recreaciones, Canal 54 (2021) avanza en su lúdica propuesta, con Larriera entrevistando a sujetos maravillosamente empatizados con la problemática, pero también con la identificación de estar viviendo en un continuum conspiratorio en donde todo el tiempo se puede ser objeto de un relato mucho mayor al vivido y testimoniado.
La frescura con la que se desarrollan las escenas, la sorpresiva y continua aparición de “expertos”, como así también el desarrollo, notable por cierto, de secuencias que en la nostalgia del pasado reciente se revalida el espíritu lúdico de la producción, Canal 54 demuestra, como dice en off el director, en una película que sabe que la mentira es una forma, y quizás también lo sea, la propia presentación del relato al momento de verla.