Melancolía pop
Por esas incongruencias de la vida recién ahora se estrena comercialmente este film del año 2007, exhibido en su momento en el Bafici para el público local, Canciones de amor del francés Christophe Honoré, que nuevamente apela a su creatividad artística para sumergirse en un género poco explotado en Europa como los musicales pero solamente en la periferia y no en el corazón como suele ocurrir con este tipo de propuestas, que por lo general se revisten de cierta ingenuidad y mirada edulcorada sobre la vida y el amor.
Tan inexplicable como el amor es la muerte y ese es el punto de partida de esta tragicomedia con canciones escritas por el director para esta ocasión y arregladas por Alex Beaupin que se adaptan perfectamente a los estados de ánimo de los personajes y a la puesta en escena, mayoritariamente en recorridos por las calles de una París gris y despojada de esa postal de folletín turístico.
Estructurada en 3 capítulos definidos como partida, ausencia y regreso, el film atraviesa tres triángulos amorosos que se irán superponiendo en el derrotero del protagonista Ismael (Louis Garrel), quien primero vive una experiencia de menage a trois con su novia Julie (Ludivine Sagnier) y su compañera de trabajo Alice (Clotilde Hesme). Sin embargo, tras la repentina muerte súbita de Julie ese triángulo del principio se rompe y el protagonista entra en un estado de angustia por el duelo de la pérdida que inmediatamente se traduce en la búsqueda caótica de otras conquistas amorosas, entre ellas la de un joven bretón que lo seduce y le genera mayor confusión y duda respecto a su sexualidad. El entorno compuesto por la familia de la recientemente fallecida y especialmente por una de sus hermanas (Chiara Mastroiani) se preocupa por su estabilidad emocional pero al mismo tiempo lo asfixia como el fantasma de Julie que le propone simbólicamente el tercer triángulo amoroso, aquel que no se puede romper ni siquiera con la canción más triste del mundo aunque llueva en París.
El film de Honoré se disfruta –en el sentido más amplio del término- de a ratos como aquellas canciones con letras profundas y melodías pop que las hacen un poco más digeribles pero nunca alcanza a trascender o a penetrar en lo más profundo a pesar de la brillante actuación de Louis Garrel, a esta altura de su carrera y con un futuro más que venturoso.
A no confundir Canciones de amor con la experiencia de Conozco la canción u otras similares porque en las películas de Resnais existe un halo de magia y misterio que en este caso queda absolutamente sepultado por esa catarsis melancólica y pop.