CUERPOS Y RITMOS
Las ambiciones de Candomberos – de dos orillas son innegables: el documental de Ernesto Gut busca construir un análisis histórico sobre el surgimiento y el desarrollo del candombe, un género musical que ha sabido funcionar como vehículo expresivo de la cultura negra en las dos orillas del Río de la Plata. Eso puede notarse en su duración, que queda cerca de las dos horas y supera largamente la media de los documentales nacionales.
Sin embargo, Candomberos, desde lo formal, rara vez se arriesga, priorizando entrevistas típicas y una utilización de archivos audiovisuales y animaciones que, más que aportar a lo que se está narrando, solo confirma lo que se está poniendo en palabras. Principalmente en su primera mitad, a la película le cuesta salir de los lugares comunes esperables para un tipo de narración introductoria, donde un tema es explicado de manera básica para un espectador sobre el campo abordado.
Como dejando en claro que necesitaba un tiempo largo para adquirir seguridad en la delineación de su ensamblaje narrativo, Candomberos se muestra más potente en su segunda mitad, donde empieza a complejizar un poco más su mirada sobre su objeto de estudio y los diversos personajes que había presentado previamente. Y aunque en pocos pasajes llega a ser verdaderamente apasionante, se van imponiendo el cariño y respeto por los individuos que aparecen en cámara, además de cómo el arte musical se retroalimenta con sus personalidades.
La sensación general que prevalece en Candomberos es la de estar contemplando un ensayo algo incompleto, no totalmente pulido, pero que sin embargo posee unos cuantos rasgos interesantes. Sus múltiples aristas –que van de lo social a lo particular- no terminan de encajar con total fluidez, pero constituyen una totalidad con una energía distintiva, en la que lo corporal y rítmico le ganan a la palabra.