Nunca es tarde para vivir
La directora Cecilia del Valle nos invita a conocer con curiosidad y sensibilidad, el proceso de transición de Áyax Grandi, un arquitecto de la ciudad de Rosario quien a los 48 años decidió ser Canela.
Canela (2020) Película que narra el paréntesis en la vida de la protagonista, donde ella se debate entre intervenir quirúrgicamente su cuerpo o no. Y es esa inquietud la que hace que se pregunte si quiere seguir postergándose en pos de los demás o si es hora de tomar las riendas de su deseo. ¿Pero cuál es su deseo? ¿Es necesario hacerse intervenciones quirúrgicas de reasignación de género para sentir que su identidad está “completa”? Al intentar contestar estas preguntas, la protagonista entra en tensión con sus hijos, terapeutas, cirujanos y viejas amistades.
La dirección de Cecilia del Valle inyecta de valor los planos con una muy buena composición, aunque, a veces la luz artificial entorpezca la fotografía. No obstante, también destaca el especial uso de los reflejos para establecer símbolos que ayudarán narrativamente a comprender el viaje emocional de Canela (una persona que está descubriendo los alcances y límites de su identidad tanto por fuera como por dentro).
Un recurso que hacen a este compilado de experiencias puras y modestas visualmente atractiva.
El uso discreto de la música de la un toque de realismo y el ritmo del montaje permite observar sin invadir la realidad de la protagonista.
"Canela ofrece acompañar a la protagonista durante su proceso, si bien compartimos todas sus inquietudes, no solo nos limitamos a recibir la información, también somos parte de sus inquietudes, dudas, temores sobre los que vale la pena reflexionar."