El director de Palermo Hollywood narra la historia de un herrero (Lautaro Delgado) que trafica armas de fabricación casera en zonas marginales de lo que se presume que es el conurbano bonaerense. La estilización de la marginalidad utilizando un batallón de recursos cinematográficos, desde ralentis, efectos varios y trucas de montaje convierte a la película en un espectáculo manierista donde claramente podemos observar el injustificado preciosismo que pretende darle el director a las imágenes. La historia de amor entre Delgado y la joven actriz Camila Cruz es quizás lo mas logrado del film que pretende abarcar varios terrenos, entre ellos la relación de padres e hijos, los padres ausentes, las mafias en las zonas marginales, la consecuencia del armamento en los sectores pobres pero que termina utilizando mal las formas, lo primero en importancia en este noble arte llamado cine.