Una fórmula de baja efectividad
La dupla conformada por José María Listorti y Pedro Alfonso vuelve al cine después de haber tenido un éxito considerable con las dos entregas de Socios por accidente. Está vez lo hacen en una comedia dirigida al público familiar que se centra en la rivalidad entre dos cantantes, Ricardo y Miguel, que formaban un dúo hasta que un productor, Sammy (Osvaldo Santoro), decide que sólo está destinado al éxito. A partir de ese momento, Ricardo pasa a ser Richie Prince, una estrella pop, mientras que Miguel se dedica a enseñar música y a formar una familia. Años después, un accidente de tránsito los junta y una serie de hechos hace que sus vidas cambien de forma radical.
Cantantes en guerra está construida en base a situaciones ya vistas en numerosas películas. Los personajes no están lo suficientemente desarrollados como para comprometerse con ellos, y esto no parece ser tanto un problema del guión como el resultado de las limitaciones de los protagonistas para interpretar matices, emociones e intenciones ocultas. El guión acierta en algunas situaciones y detalles que funcionarían mejor si hubiesen tenido mayor tiempo y tratamiento para explotar sus posibilidades narrativas y humorísticas.
Se trata, en definitiva, de una película "de fórmula", basada en el supuesto de que basta con la química que se establece entre los protagonistas para atraer al público. Tal vez así sea para los seguidores de la dupla nacida en la televisión. Para otros no será suficiente.