QUÉ RECUERDOS TAN GRANDES TIENES
Cuando nos encontramos ante un título tan reconocido como Caperucita roja llama la atención el enfoque que tendrá la propuesta. Este cuento tradicional representa una historia universal y particular a la vez. Dado su carácter de difusión, principalmente oral, aparece el estilo con el que cada persona cuenta la historia, los datos que agrega y el ritmo al relato. Pero es la estructura principal de Caperucita roja la que se presenta como rasgo común. En la historia del film pasa algo parecido. Es posible encontrar similitudes familiares en el planteo de los vínculos que realiza, aunque luego, cada una tenga su impronta particular.
Caperucita roja invita a conocer la relación de dos nietas, ya adultas, pero jóvenes, con su abuela. Al comienzo, se las puede ver juntas recitando de memoria un cuento tradicional. Entramos desde los primeros minutos a un mundo particular que se ha dado entre estas integrantes de la familia. Esas palabras tan comunes entre ellas, tan llenas de sonrisas cómplices, muestran el lenguaje construido, aquello que se vivenció y hoy representa parte de la esencia que las constituye.
María Elena Walsh en Serenata para la tierra de uno dice que “el idioma de la infancia/ es un secreto entre los dos”. Caperucita roja se acerca a esos secretos familiares que han forjado un vínculo tan cercano entre las nietas y la abuela. El film capta momentos cotidianos en los que comparten conversaciones, en los que se miran y transmiten el amor que se tienen. Al igual que el cuento tradicional, los diálogos de estas protagonistas integran lo específico de su vínculo pero trascienden lo individual mostrando aspectos que bien son identificables en muchas familias. Vemos entonces ciertas costumbres familiares, ritos e historias compartidas.
La abuela es mostrada como un ser divino, al que cuidan, escuchan y adoran. Hay un gran trabajo desde el film para mostrar el respeto y amor de las nietas hacia ella. Sin embargo, esto no quita que las jóvenes repliquen sus dichos. La diferencia en pensamiento ante la brecha generacional es inminente y ellas no se quedan calladas. A través de la paciencia y con mucho tacto, las nietas ponen en cuestión muchas de las opiniones tan naturalizadas por su abuela. El intercambio entre ellas además de generar mucha ternura es por momentos cómico porque la señora mayor opta en varias ocasiones por hacer silencios, acompañados de alguna cara de extrañeza ante las diferencias de opinión. En contraste con las jóvenes que buscan confrontar para repensar aquellas costumbres que nos limitan, su abuela prefiere no llevarles la contra.
Caperucita roja es un film con una construcción muy centrada en los detalles necesarios para el espectador pueda identificar aquellas miradas cómplices de quién sabe lo que se ha compartido en la infancia y de adulto puede recordarlo junto a esa persona. La estética acompaña este objetivo, generando un clima propicio para poder hacer foco en el modo amoroso en el que se hablan y los recuerdos que atesoran.