Otro personaje del universo Marvel desembarca en esta espectacular aventura comandada por el experimentado Joe Johnston.
Ambientada en la década del cuarenta, en plena Segunda Guerra Mundial y con la figura de Hitler como fondo, nace este superhéroe que aparece a los cuarenta minutos de inciado el film. El debilucho Steve Rogers (Chris Evans) se presenta como voluntario para enrolarse en las filas del éjército, pero es rechazado. Sin embargo, luego es convocado para formar parte de un programa experimental que lo convierte en el super soldado conocido como el Capitán América.
Con aires de Indiana Jones en lo que hace a la búsqueda del poder eterno en manos de los villanos, la película transforma al héroe en cuestión en una masa de músculos que une fuerzas con Bucky Barnes (Sebastian Stan) y Peggy Carter (Hayley Atwell) para combatir a la organización Hydra, liderada por Cráneo Rojo (Hugo Weaving), la representación misma del Mal.
El relato cuenta con una excelente reconstrucción de épóca y nunca deja de lado el entretenimiento al desarrollar una trama rica en personajes, oportunos toques de humor y acción en grandes dosis.
La alta tecnología incluye armamentos, motos, aviones y submarinos que parecen salidos de una aventura de James Bond. Capitán América: El primer vengador es la perfecta síntesis de "cómo construír un superhéroe norteamericano" como propaganda de guerra para elevar el espíritu de la población.
Otros aciertos residen en los números musicales que colocan al personaje central entre bailarinas y un Hitler de historieta, golpeado en varias oportunidades; en el entrentamiento final que tiene lugar a bordo de un avión (otra vez la paranoia de los atentados) y en la acción que continúa después de los créditos. Y también se disfrutan los papeles secundarios de Tommy Lee Jones, Stanley Tucci y del siempre convincente Toby Jones como el Dr. Zola.