Héroe, pero estilo clásico
En su salto al cine el personaje de Marvel es menos vertiginoso y más humano.
A los 60 años, Joe Johnston, después de dirigir Querida encogí a los niños , Jumanji y Jurassic Park III –de su curriculum puede que quiera borrar El hombre lobo , pero nadie sabe a ciencia cierta si el montaje final de ese pastiche con Benicio del Toro lo hizo él- demuestra que es un director sumamente confiable para el entretenimiento, si lo que se busca es erigir un relato contundente y convincente –algo poco usual en pleno Hollywood modelo siglo XXI- y con un superhéroe al frente.
El Capitán América del cómic y el del dibujito animado, que muchos seguíamos en la TV blanco y negro en los años ’70, tenía algunos puntos en común con otros de los Vengadores editados por Marvel. En su paso a la pantalla grande, Iron Man tiene cinismo, Thor es duro y este Capitán América es el que mejor “da” como prototipo de la clase media estadounidense y hasta del mismísimo sueño americano.
Steve Rogers quiere vengar, cuándo no, la muerte de su padre, que falleció por gas mostaza, pero, debilucho como es, rebota una y mil veces cuando quiere enlistarse en el Ejército para combatir a Hitler. Tanto tesón le ganará una oportunidad, cuando un científico alemán (Stanley Tucci) que trabaja para los Aliados le proponga ser parte de un experimento. ¿Vos querés ir a patear traseros nazis a Europa? Te inyectamos algo para que tus músculos crezcan...
La prueba e investigación tiene su correlato en la Alemania nazi, donde la organización Hydra, comandada por Johann Schmidt (Hugo Weaving, el agente Smith de Matrix ) ya viene experimentando con un suero poderoso.
Está bien: aquí había que presentarlo, pero lo que sorprende –y con agrado- es que una vez que Rogers se convierte en el Capitán América, cuando la película podía derivar en lo que fueron Iron Man o Thor , o mismo Wolverine , sigue su línea de rigor, si cabe el término. El Capitán tiene superpoderes, pero el relato no se basa en ellos si no en el enfrentamiento con el malvado Red Skull (Schmidt) ya en territorio europeo. Y le adosa su historia con Peggy Carter (la linda y modosita Hayley Atwell) y el coronel Phillips (el cara de piedra Tommy Lee Jones).
Cuando Stan Lee tomó el personaje -que había nacido en 1941- le quitó lo más panfletario y lo barnizó con preocupaciones sociales que eran más afines al lector estadounidense de 1964. Y aquí, hasta los colores de la bandera, las barras y estrellas cuando aparecen propagandísticamente son retratados precisamente como propaganda...
Pegando un vistazo a los nombres que hemos puesto entre paréntesis es fácil advertir que no se han ahorrado dólares a la hora de conformar el elenco. Falta hablar de Chris Evans, el héroe en cuestión. Con experiencia en superhéroes (era La Antorcha humana en Los 4 fantásticos ), ya desde su presentación (con un doble de cuerpo cuando es flaquito) calza perfectamente en el personaje, en cómo lo imaginó Johnston. Es el motor de la historia y enciende a la perfección.
Ahora hay que esperar a Los vengadores, que se está rodando, y reunirá a todos los superhéroes. Y -más que nunca- no perderse lo que pasa tras los créditos finales...