Temporada 03 Episodio 01
Nada ha cambiado desde Avengers: Era de Ultrón (Avengers: Age of Ultron, 2015) y nada cambia al final de Capitán América: Civil War (Captain America: Civil War, 2016). Como el episodio promedio de una telenovela, cada película de Marvel Studios tiene la función de entretener con farsa melodramática y el objetivo de asegurar la continuidad del formato. Mientras corre la película vale cualquier cosa, siempre y cuando al final impere el status quo.
Es la mayor crítica que se le puede hacer a Guerra Civil, que promete una ruptura definitiva en la fórmula de los Avengers al politizar al grupo y dividirlo en dos facciones irreconciliables – una pro-regulación gubernamental, liderada por Tony Stark/Iron Man (Robert Downey Jr.); la otra anti-supervisión, liderada por Steve Rogers/Capitán América (Chris Evans) – y al final de todo barre el conflicto debajo de la alfombra.
Por lo demás, es la misma película que Marvel viene haciendo desde The Avengers: Los vengadores (Avengers, 2012).
Los mismos pros: es divertida, espontáneamente cómica, las secuencias de acción son excelentes y valen su peso en pochoclo, se guarda la mejor para el final y los actores encarnan a sus personajes holgadamente. Falcon (Anthony Mackie) y Ant-Man (Paul Rudd), a cargo del relevo cómico, son particularmente adorables.
Los mismos contras: el villano de turno es aburrido y dispensable, la trama es inconsecuente porque moverla decisivamente en cualquier dirección sería limitar las opciones de todas las posibles secuelas, y en definitiva sólo sirve para lanzar las franquicias de nuevos personajes – en este caso Spider-Man (Tom Holland) y Black Panther (Chadwick Boseman), cuyas respectivas películas se vienen en 2017 y 2018.
Lo mejor y lo peor de la película queda condensado en una épica batalla en un aeropuerto que finalmente enfrenta a ambos bandos de superhéroes. Es una secuencia bastante creativa en la que los superhéroes son, esencialmente, como niños en el recreo inventando formas inauditas de superar al otro. También ilustra una importante falta de tensión: ninguna de estas personas se quieren matar, porque son todos compadres, ni podrían matarse si quisieran, porque son así de poderosos. Entonces queda una especie de lucha libre espectacular entre personajes tan desmotivados como sobrecalificados – un espectáculo coreográfico sin un atisbo de drama.
Finalmente llega el enfrentamiento entre Iron Man y el Capitán América. Punto por punto se repiten los mismos problemas del epónimo duelo entre Batman vs Superman: El origen de la justicia (2016): hay un crescendo dramático, la pelea se torna brutal, la conclusión es blandísima, parece que la película termina de una forma audaz e inmediatamente se corrige con un momento de levedad barata.
Capitán América: Civil War supera en entretenimiento a Avengers: Era de Ultrón, pero se queda corta como la secuela oficial de Capitán América y el soldado del invierno (Captain America: Winter Soldier, 2014). Si Capitán América y el soldado del invierno fue un salto cuántico para el personaje del Capitán América, que pasó de ícono jingoísta de la WWII a un espía de la contracultura de los 70s, Capitán América: Civil War pierde de foco a su protagonista, lo empaca dentro de un elenco coral y los saca a pasear alrededor de la cuadra, terminando exactamente donde empezaron.