Guerra superpoderosa que no decepciona, pero daba para más
El género de los superhéroes se está repitiendo más que un poco, y para darse cuenta de esto sólo hace falta mencionar que mientras aún sigue en cartel "Batman vs. Superman", en la que los dos superhéroes más famosos se enfrentan entre sí, ahora lleva esta película en la que dos de los principales personajes de Marvel, el Capitán América y Iron Man, se convierten en grandes enemigos.
Aquí el problema es de índole política. Dado que cada vez que repelen algún ataque de superterroristas los Vengadores también provocan el caos destruyendo edificios enteros y cosas por el estilo, que terminan aumentando la cantidad de víctimas inocentes, el secretario de estado William Hurt le informa a todo el escuadrón de superhéroes que a partir de ese momento sus misiones deberán estar coordinadas por las Naciones Unidas. Y el conflicto empieza cuando mientras Iron Man, lleno de culpa por la muerte de un inocente, acepta el convenio, el Capitán América prefiere permanecer independiente de todo tipo de control.
En medio de las diferencias entre los dos protagonistas también los distintos miembros de los Vengadores, como Black Widow, Black Panther, Ant Man, Hawk Eye y Scarlet Witch toman partido por algunas de las dos facciones, por lo que el caos reinante lo justifica el título "Guerra civil", y la pelea va tomando más y más virulencia hacia el final.
Por supuesto, los malos de turno aprovecharan el conflicto para intentar que los héroes se exterminen entre sí, dado que por sus superpoderes estos muchachos y chicas son difíciles de exterminar.
La película es más larga y hablada de lo que hace falta. Por supuesto está cargada de superacción y coloridos efectos especiales, pero realmente no tiene nada que no se haya visto en alguna de las últimas películas de Marvel. Lo único nuevo es la interacción entre el Hombre Araña e Iron Man, dado que el personaje de Robert Downey Jr se toma el trabajo de ubicar a Peter Parker, que por supuesto sigue viviendo con su tía, y lo convence de que participe en la lucha para poner las cosas a su favor. Ésta y algunas otras escenas con Downey son lo más divertido de una película que no decepciona, pero daba para mucho más.