Nuestro fanático residente de DC Comics analiza el estreno desde su perspectiva.
NOTA: este análisis puede tener algún spoiler. De todos modos, son situaciones específicas y no revelaciones argumentales. Si sabes que Spider-Man aparece y que su traje es rojo, o que los villanos hacen cosas malas, mucho más no te vas a enterar. Aún así, sin son Spoilerfóbicos, dense por advertidos.
Capitán América 3: Civil War, es una de las películas nerds más esperadas del año, por no decir de la existencia. Hubiera preferido iniciar el texto con una oración más fuerte, más cautivadora, pero hay una realidad en la misma: en esta cultura que profesamos, todo se mueve en magnitudes que escalan. Civil War no puede ser simplemente una de las películas de super héroes del año, sino la más esperada, por lo cual su resultado tiene que estar a la altura de las expectativas conjuntas de todos los fanáticos que vienen invirtiendo su tiempo, pasión y dinero en los últimos 8 años. Entonces ¿lo hace?
Tal vez lo que más vaya a sorprender a los fanáticos es cuánto se aleja esta película del común denominador de los largometrajes marvelitas. La temática que engloba la historia, el comic que busca adaptar y las situaciones que plantea no dejan lugar al festival de chistes dignos de dibujo animado de Disney XD como lo fue Age of Ultron, sino que todo se entrelaza en una trama densa y turbia. A no confundir, de todos modos, estos adjetivos como algo negativo. Civil War simplemente se toma un poco más en serio a sí misma y esto es algo que a la larga, en el plan mayor, le queda bien a la película. Todo es acerca de un plan bien trazado. Mientras que en desastres anteriores, como la invasión alienígena a Manhattan o el ataque de las inteligencias artificiales asesinas en Sokovia, la amenaza sólo cumplia la función de antagonistas de turno, en esta oportunidad existe un conflicto real que no se puede resolver como “los buenos contra los malos” porque realmente nadie cabe en uno sólo de esos dos casilleros.
Entonces vos vas a estar sentado en tu butaca, esperando que las luces bajen y todo se convierta en un festival de luces, rayos láser, humo de colores y remates de chistes escritos con precisión quirúrgica. Quien se haya limitado a las películas en estos ocho años, puede que no se encuentre cómodo con lo que ve en pantalla en un principio - a no desesperar, esta sigue siendo una película de Marvel - pero quién viene leyendo historietas desde hace un tiempo, sin importar la editorial que las publique, va a encontrar otro tipo de narrativa. La principal diferencia entre ambos medios es que mientras una película debe resolver una historia en dos horas, los comics tienen semanas, meses y hasta años para preparar los terrenos. Por eso en Amazing Spider-Man 2 jamás logramos sentir la química entre Gwen Stacy y Peter Parker o en Batman V Superman no terminamos de entender la bronca infantil de Bruno Díaz. En Civil War no hay acción y consecuencia inmediata sino un caldo de cultivo bien preparado desde hace ocho años, que quizá no sea la receta para la película perfecta, pero si para una muy buena historia.
Al conocer a los personajes, sus motivaciones, sus deseos, sus pasiones y sus miedos, esta peli no tiene que sobre explicar nada, utilizando ese tiempo para plantear otras situaciones. Todo en Civil War es una reacción química, donde los factores se van agregando lentamente, anticipando el punto de ebullición. Tony Stark no puede con el peso de la culpa de todos sus errores pasados, desde su adolescencia rebelde hasta su carrera como fabricante de armas, el Capitán América no puede terminar de comprender cómo adaptarse a un mundo 70 años más jóven que el. Todos tienen un peso, una culpa, un problema demasiado personal como para funcionar en equipo y esto lleva a la ruptura de los Avengers y sus relaciones personales. Esto también lleva a una película mucho más charlada con diálogos orgánicos, conversaciones que parece suceder entre personas reales, a diferencia de las payadas y los duelos de chistes y one-liners de pelis anteriores. Todo siempre funcionando en pos de cerrar el trabajo de casi una década de películas.
Si llegaron leyendo a este punto, lo que realmente todos quieren saber es ¿qué onda con Spider-Man? Paciencia, tengo ganas de jugar con ustedes un poco más. Una de las mejores características de Civil War es que a diferencia de Age of Ultron, la pelí no se mueve por turnos con cada personaje como para darle sus 15 minutos de fama a cada uno, sino que logra entrelazarlos para hacerlos funcionar. Todos tienen su latiguillo efectivo y su super poder especial en algún momento u otro, pero la peli no es una conjunción de distintos videos de YouTube unipersonales puestos uno al lado del otro, sino que funciona de manera progresiva sin sobresaltos. Hay algunos personajes que están de más y hay algunos actores que están de más, pero cuando la acción está sucediendo, se puede ver el plan bien trazado que había detras.
En este momento todos deben estar pensado “¡Ja! Justamente todo lo que hizo mal Batman V Superman” y yo no puedo evitar responder con otro “¡Ja!” ya que es increíble lo parecida que son ambas películas. Ambos enfrentamientos se reducen a ideologías contrapuestas que en algún momento se dan vuelta, demostrando que ninguno es el bueno o el malo; ambas broncas están alimentadas por frustraciones acumuladas desde hace años, empezando en dilemas familiares y todo concluye en que el verdadero enfrentamiento se lleva a cabo por un plan bien orquestado por un inteligente villano que los manipuló durante toda la película para que se mataran entre ellos. Fin. Corte a logo de DC Comics… ¡Ah no! ¡Perdón! Por más que yo siga defendiendo la película de DC y por más que ambas son básicamente la misma película, la diferencia clave ya fue mencionada, Civil War es una pelí que nos podemos sentar a ver, porque ya conocemos a todos los involucrados. Civil War triunfa en ser una película que lo único que demanda de nosotros es que la disfrutemos. ¿Y quién puede negarse a semejante oferta?
"A diferencia de Age of Ultron, la pelí no se mueve por turnos con cada personaje"
Entonces si hablamos de diversión, este es el pie para el vecino amistoso que todos esperaban en el barrio. La llegada de Spider-Man es muy bien recibida, al punto que durante una hora de película - o un poco más - no hay un sólo chiste, agradeciendo finalmente su salida en escena. Tom Holland es un don nadie a quien es difícil no mirar desde arriba por su edad, pero realmente se pone el traje del arácnido favorito de todos y le queda como un guante. Mientras que Tobey Maguire nunca estuvo mal y Andrew Garfield subo imprimir juventud al personaje, Holland llega y es Spider-Man de entrada, no hay vuelta que darle. Mientras que es una realidad que su existencia en la película es una mera excusa en respuesta al hype de los fanáticos - hagan el ejercicio mental de retirarlo de la misma luego de verla y van a notar que su aparición no afecta en nada al resultado final - su trabajo está bien realizado. Toda la situación de reclutamiento es demasiado tirada de los pelos y queda fuera de tono con el resto de la película, pero a su vez esto es lo que la hace ser bien recibida, ya que es el primer recreo y punto de relajación que nos da el largometraje.
Este efecto dominó de risas y acción termina de reflejarse en la ansiada escena del aeropuerto. Spider-Man y Ant-Man juntos en escena son una delicia que logra hacernos olvidar por momentos que en realidad ninguno está en pantalla y simplemente estamos viendo una escena cinemática de un videojuego de alto presupuesto. La facilidad de los hermanos Russo para las escenas de acción es bastante desaprovechada en estos maremotos de animación computarizada y lo que tenía pinta de ser el clímax de la película, no es más que una sucesión de escenas que sólo parecen existir como para responder “qué pasaría si este personaje le hace esto a otro”, para luego terminar sin penas ni gloria debido a un gran miedo por tomar decisiones importantes. El principal problema de todas las peleas de está película, es que nadie pierde ni gana. No hay consecuencias, no hay problemas. La leve excusa de gran evento es cuando War Machine es incapacitado por fuego amigo y parece que queda paralítico, pero tranquilos, se cura al final de la película. La pregunta ahora es ¿a quien carajo le importa War Machine? Don Cheadle tiene literalmente tres líneas en las dos horas y media de película y, de alguna manera, tenemos que considerar grave el hecho de que “casi” le pase algo. ¡Peor aún! Tenemos que tolerar que brevemente esto sea el detonador de la última de las broncas, cuando ni Robert Downey Jr. puede fingir interés por el amigo que se olvide de poner en las últimas películas.
Todas estas situaciones desbalanceadas pero muy bien condimentadas para esconder los pifies, llevan a un desenlace que debería haber ocurrido mucho antes en la película. La pelea final, el enfrentamiento por el título. Tal vez el momento que más referencias se hace a la historieta homónima y donde se termina de develar el plan maestro de un tibio Barón Zemo - que podría haberse llamado Roberto Lopéz y la historia no cambiaba en lo absoluto - es la pelea entre el Capi y Iron Man. El momento donde los hermanos Russo realmente se lucen y vemos en pantalla, no a dos héroes peleandose, sino a dos personas enojadas agarrándose a trompadas. La tensión, la culpa, el enojo, todo lleva a este punto, donde por un breve momento todo parece importante de verdad. Una escena que es golosina para los ojos. Sin embargo, una vez más, todo queda libre de consecuencias. Nadie gana, nadie pierde, nadie sufre. No pasó nada.
Capitán América 3: Civil War puede llegar a parecer una Watchmen moderna por momentos, siendo este el mayor halago que se me puede ocurrir. Sin embargo, la diferencia clave está que luego de las dos horas y media que experimentamos, salimos impolutos del cine, ya que nada cambió. Por más entretenida que sea, ya que la disfruté y la volveré a ver, desperdicia oportunidades claras y peor aún, no lo disimula. La peli falla al marcar el futuro de la franquicia, cerrando las fases anteriores más que abriendo una nueva y ni siquiera responde las más básica de las preguntas comiqueras en estos tipos de escenarios: ¿Quién le gana a quien? Por momentos Civil War parece esos recitales de bandas legendarias que salen a tocar de memoria. La prolijidad termina perjudicando más de lo que aporta. El insulto final, termina llegando cuando la escena post-créditos muestra una situación que si pasaba al principio de la película, todo quedaba solucionado. Corte a, esta vez, los créditos finales reales.
Me encantaría decir, desde un punto de vista DC que la película está mal, pero realmente es satisfactoria. Se disfruta como un mega-evento a los cuales tan acostumbrados estamos en el mundo de los comics. Aún así, mi recomendación es que pongan el foco en los puntos buenos de la película y no en su propio fanatismo. La aparición de Black Panther no sólo opaca a Spider-Man sino que hasta a varios de los demás personajes de reparto y por más que suene a una oportunidad desaprovechada, Civil War es más una peli de desarrollo de personajes que de piñas y rayos lasers. A la altura del estándar de calidad, pero tal vez no de las expectativas de todos, aunque no podemos culpar a nadie más que a nosotros mismos por el hype. En definitiva, Marvel lo hizo de nuevo.