Luego de una interesante "Capitán América: El Soldado de Invierno" los hermanos Russo vuelven a las sillas de director para una secuela que tranquilamente podría formar parte de "Los Vengadores" y que es ampliamente mejor que aquellos dos films de Joss Whedon.
Luego de muerte de personas inocentes en distintas partes del mundo, los vengadores son catalogados como una amenaza para la sociedad y son obligados a firmar un acuerdo para restringir el uso de sus poderes. Capitán América es uno de los que no está a favor y comienza una pelea interna con Iron Man. Al mismo tiempo, un misterioso hombre está comenzando un peligroso plan para destruirlos.
Marvel sabe cómo hacer sus películas y aquí desarrolla una de las mejores propuestas que su Universo Cinematográfico nos ha regalado. Los directores mantienen la calidad de "Winter Soldier", lograron nivelar de una manera correcta las escenas de acción con aquellas en las que las palabras cobran más protagonismo. Está claro también que los personajes de Marvel son mucho más ricos e interesantes cuando están peleando que cuando están charlando y lamentándose por cómo el mundo los ve y aquí, pese a que hay muchas secuencias de diálogos, las escenas de acción son formidables.
Con un prólogo ambientado en 1991 en Rusia y con un comienzo a toda velocidad, esta propuesta posee muchos guiños para quienes hayan leído la historia original de los cómics, al igual que algunos gags bien logrados y humor divertido. Las secuencias de acción, en especial aquella en el aeropuerto, son de un espectáculo visual envidiable y muy entretenido. Son tantos personajes juntos que es inevitable pensar que es imposible hacer algo bien sin perder el control en medio de tanta enormidad, pero el trabajo de los hermanos Russo está a la altura y les da su momento de brillo a cada uno.