Luego de unos años noventa olvidables, la casa de las ideas se vio obligada a reflotar las ventas de los comics de sus héroes más populares. Fue así como contrataron a Grant Morrison y Brian Michael Bendis entre otros para devolverle su lugar de privilegio a los personajes de Marvel. Pero fue el escocés Mark Millar quien en el año 2006 dejaría su huella para siempre en la historia de las historietas. Civil War encontró sus raíces estableciendo un paralelismo con las leyes antiterroristas que dejó como consecuencia el atentado contra las torres gemelas. Cuando los medios del mundo imponían el sentimiento de antiterrorismo sin intentar comprender su origen, Mark Millar planteó un escenario que dividió al universo Marvel entre aquellos que apoyaban el Acta de registro de superhéroes contra quienes quisieron preservar su identidad secreta.
La tercera adaptación cinematográfica del Capitán América a riesgo de convertirse en un embotellamiento de personajes de peso, sale airosa con una historia que si bien dista mucho de lo escrito por Millar, logra un equilibrio difícil de alcanzar entre tanto superhéroe suelto. Sino pregúntenle a Zack Snyder. Acá el conflicto es distinto. Luego de un supuesto acto de negligencia, los Avengers se ven divididos entre aquellos que actúan bajo el brazo de la ley y quienes se oponen a ser supervisados por políticos y diplomáticos. El resultado es una vez más, Iron Man y aliados vs Capitan America y aliados. Y si alguno piensa ver al Iron Man cuasi nazi de los comics puede estar seguro que Disney jamás permitiría manchar la imagen de uno de los personajes que terminó de establecer el cine de superhéroes que tantas ganancias le deja a la industria en la actualidad.
Para enfatizar el enfrentamiento entre los héroes, la intromisión de un villano resulta imprescindible. De la mano de Daniel Brühl, los guionistas encuentran la excusa perfecta para que todavía existan fanáticos del hombre de hierro. Y aunque quizás su motivación como antagonista no sea la más creíble, al menos logra desatar el conflicto que nos mantendrá entretenidos durante más de dos horas.
Los hermanos Russo demuestran una vez más que no hay personajes malos, sino guionistas ineficaces. Con el inmediato antecedente de Batman Vs Superman, Civil War tenía todas las de ganar. Y no se trata de evaluar quien tiene mejores comics o historias, sino más bien de quien fue capaz de entregar una mejor película contemplando la migración de formato. Mientras que DC apuntó todos los cañones a la solemnidad de superhéroes que se toman demasiado en serio, Marvel consciente del material que tiene entre manos, se toma tan en serio como sus personajes lo permiten, dosificando las cuotas de humor con el dramatismo necesario sin olvidar nunca que los tipos que vuelan, tienen super fuerza, son dioses en la tierra y usan calzas apretadas poco tienen de realidad.