(Des)unidos y (des)organizados
Llegó el día, finalmente Capitán América: Civil War (Captain America: Civil War) desembarca en nuestras carteleras. Luego del fracaso en todo sentido de Batman v Superman: El Origen de la Justicia (Batman v Superman: Dawn of Justice), todas las miradas volvieron al universo de Marvel y la apertura de su ambiciosa Fase 3.
Luego de algunos sucesos desafortunados, que causaron bajas civiles en sus misiones, los Avengers se someten al enjuiciamiento público. Lejos quedó aquella aura épica cuando salvaron Nueva York de Loki y el ejército chitauri. Ahora, la gente y los gobiernos los culpan y juzgan su accionar. El secretario de estado de los Estados Unidos, les propone la firma de un tratado que controlará y ordenará su accionar por medio de un grupo de países amparados en la ONU. Stark cree que aceptar dicho acuerdo es lo mejor para el grupo pero el Capitán América no. Esta disputa se torna irreversible cuando Bucky Barnes (gomia del Capi) es inculpado por un atentado. Allí el conflicto entre los superhéroes y sus correspondientes aliados, toma una escalada que los encontrará desunidos y desorganizados.
Marvel sigue haciendo goles. Sus películas no decepcionan y cumplen (algunas más y otras menos) lo que uno espera de ellas. El problema que encuentro en sus últimas entregas, más que nada acá y en Avengers: Era de Ultrón, es que uno siente que está mirando un largo pero entretenido partido que ya comenzó hace bocha de tiempo y cuyo final recién llegará en 3 años. Porque Marvel plantea esto como una comunidad de películas que conforma un universo cinematográfico único cargado de referencias en sí mismo, entonces resulta imposible aislarse y tomar esta tercera entrega del Capitán América como una película individual aislada, y harto más complicado es cuando encima cuenta con casi todos los Avengers en su reparto. El humor se va resintiendo con el avance del match, pero está en el ingreso de Ant-Man y Spider-Man (la flamante y estelar incorporación del equipo) el aporte de frescura necesario para sacar del letargo a una franquicia que por momentos acusa cierto desgaste.
Capitán América: Civil War es una propuesta altamente atrapante.
Los conflictos, ya sea por egos o cuestiones ideológicas, siempre funcionan, pero el poco desarrollo de los personajes principales en el paso de las distintas entregas deja un hueco difícil de completar. Para intentar rellenar ese agujero sobresalen las presencias de Hulk en la primera Avengers y Hawkeye en la segunda; o Black Panther y Spider-Man en Capitán América: Civil War. Incluso son protagonistas secundarios con un peso específico importante en esas tramas, pero lamentablemente no consiguen tapar el casi nulo progreso de Iron Man, Thor o Capitán América.
No era sencilla la apuesta de Capitán América: Civil War. Enfrentar a Iron Man y Capitán América era una empresa atrayente pero compleja de llevar adelante sin caer en la liviandad de que uno sea el héroe y el otro el villano. Cuesta elegir un bando (mentira, aguante el Capi) ya que ambos equipos tienen puntos a favor para llevar adelante su intención; y eso torna a Capitán América: Civil War una propuesta altamente atrapante en ese sentido. Groso laburo hicieron los hermanos Russo balanceando perfectamente el humor y la acción y narrando con solidez una trama que por momentos marea pero que no llega a confundir.
Capitán América: Civil War termina siendo una muy buena precuela de la Avengers final. Marvel sigue sumando elementos para cerrar este universo cinematográfico a lo grande. El partido se está jugando hace rato y eso lo torna un poco cuesta arriba en algunos períodos; esperemos que el final del mismo nos encuentre abrazados, coronados de felicidad por vivir una saga de películas única. Por ahora, Marvel sigue ganando el partido y haciendo lindos goles, esperemos que le dé la inteligencia para llegar de gran manera al esperado y lejano final.