El Capitán de las barras y estrellas vuelve a las andadas en la anticipadísima segunda parte de su propia película, luego del éxito arrollador de ese gran blockbuster que fue Avengers.
Luego de tener que adaptarse a los tiempos que corren y pelear en la Batalla de Nueva York para salvar a la Tierra de la invasión alienígena comandada por Loki, tendrá que decidir si también quiere adaptarse a la agencia donde trabaja, cuyos códigos morales no son los mismos que los suyos.
En esta entrega, los guionistas se las vuelven a ingeniar para que nos olvidemos de todo lo que representa Capitán América y podamos apreciarlo por sus propios méritos y virtudes, que no son necesariamente los de la nación que le da nombre al superhéroe. Al igual que en la primera película, Steve Rogers pondrá en tela de juicio la integridad de los planes de aquellos cuyo poder político está muy por encima del suyo, y defenderá a escudazos todo aquello en lo que cree y por lo que ya “murió” una vez.
Para ello deberá aprender en quién puede confiar y en quién no, pero no será tan complicado como cabría esperar dentro una agencia de inteligencia donde nada es lo que parece, y donde el espionaje y contraespionaje están a la orden del día. La trama no aspira a más de lo que puede darnos un film de este género, y resuelve sus conflictos con buen ritmo mientras todo explota por los aires y vuelan las piñas y tiros en todas direcciones.
El subtítulo de la película hace alusión a un nuevo y poderoso enemigo que deberá enfrentar Capitán América en su nueva misión, el cual tiene mucho que ver con su pasado. Para quienes no hayan visto o no recuerden la primera peli, a no temer, hay pantallazos que resumen brillantemente lo fundamental, y de paso nos van dando pistas sobre la identidad del susodicho Soldado del Invierno. No será el único personaje nuevo, ya que por primera vez podremos ver a Falcon, el sidekick por excelencia del Capi. Como si fuera poco, Natasha Romanov -mejor conocida como la Viuda Negra- vuelve a entrar en escena, jugando un papel fundamental en toda la historia.
La acción se hace sentir en dosis monumentales de peleas perfectamente coreografiadas y ataques espectaculares. También hay algunos espacios para el drama, la comedia, y algo de suspenso, como ya nos tiene acostumbrados desde hace rato el universo cinemático de Marvel, que vuelve a cumplir con todo lo que promete. Mucha pero mucha adrenalina es lo que nos deja al final de las dos horas de duración, y dos escenas post-créditos que nos adelantan algo de lo que será Avengers: Age of Ultron, ya en etapa de filmación.