El orden familiar
La familia es un tipo de organización social esencialmente conservador. Por las características propias de su constitución íntima, es además un territorio reacio a su interrogación crítica. La familia es territorio sagrado. El orden familiar ejerce sobre sus integrantes un poder insondable y busca, como cualquier ejercicio de poder, perdurar a través del tiempo, lo que implica la inmediata impugnación de cualquier posibilidad de cambio que amenace con su influencia.
Será precisamente la manera en que actúa en una familia su inclinación conservadora el fundamento dramático de Capitán Fantástico, el segundo largometraje de Matt Ross. Ahora bien, no será cualquier familia. Será, paradójicamente, una cuya forma elegida para vivir rechaza de forma extrema y contundente aquella impuesta por el orden capitalista. Ben Cash (Viggo Mortensen) y su mujer han establecido en un bosque un campamento perfecto, un paraíso terrenal sujeto a sus propios ideales políticos. Esto es: lo suficientemente alejados de la civilización.
Un territorio autónomo y autosuficiente. Pero eso sí: administrado si bien con amor bajo una férrea organización, regulada a partir de una secuencia invariable de rígidas normas de comportamiento. Ben les enseñará a sus hijos a sobrevivir en la naturaleza mediante un intenso entrenamiento físico. También les enseñará a desarrollar su propio pensamiento, a fortalecer su espíritu crítico. Durante las noches, rodeados de estrellas, alrededor de un fogón, cada uno de los integrantes de la familia, desde el mayor al más pequeño, leerá y debatirá –críticamente- sus lecturas. La película exacerbará el funcionamiento alternativo de la familia -no festejarán la navidad, celebrarán el cumpleaños de Noam Chomsky, considerado como el más grande defensor de los derechos humanos-, para señalar por contraste un proceder común al tipo de vinculación familiar que a fin de cuentas rechaza.
Una triste noticia provocará, sin embargo, una alternación inesperada en la familia. Un doloroso acontecimiento que terminará por evidenciar el carácter conservador del funcionamiento familiar. Ben lo expresará con absoluta convicción ni bien comunique a sus hijos la mala nueva: “Nada cambiará. Vamos a seguir viviendo de la misma manera. Somos una familia”. La pertenencia a una familia supone fundamentalmente la pertenencia a una forma de vida inalterable. No obstante, a partir de la crisis suscitada por la tragedia comenzarán a emerger en el seno de la familia ciertas grietas hasta el momento silenciadas. La voz del desacuerdo.
Si bien el film de Ross por momentos fuerza tal vez demasiado la cuerda del estereotipo, casi hasta convertir a sus personajes en caricaturas –en ese sentido, Las maravillas, la notable última película de Alice Rohrwacher, trabajará el mismo tema con mayor rigor y audacia-, la película logrará sostener su propuesta y terminará por contar una historia sensible y emocionante.
Capitán fantástico consigue en definitiva revelarnos la lógica interna que determina el orden de una familia. Cómo un padre, sin renunciar a su forma de ver el mundo –o mejor dicho, por intentar consustanciarse con ella- enfrentará la disyuntiva de revisar ese orden o preservarlo a cualquier costo.