En el camino a la temporada de premios, el director Paul Greengrass (Bourne el ultimatum), llega fuerte a la competencia con una historia basada en hechos reales (ya saben como amamos esto de una película) en la que un capitán de un navío mercante actual, debe viajar por las costas de África para entregar su enorme mercancia y enfrentar el secuestro de piratas Somalíes, quienes sólo buscan un poco de dinero extra.
Protagonizada por Tom Hanks, es quien lleva todo el peso dramático del filme. Rich Phillips es el personaje principal, y el que debe llevar todo el peso de la película. Y lo hace muy bien. Comienza lenta, y aunque falta hurgar mucho más en la vida personal del capitán para entender un poco más su psicología, de inmediato entramos a la misión y al problema que enfrentan: evadir los asaltos de pescadores del lugar que han asaltado barcos por los botines, tal cuál y lo hacía los piratas de antaño, aquellos de la época de Barbarroja y Barbanegra (si es que en verdad existieron). Aunque aquí, obviamente, equipados con tecnología y todos los aditamentos que un buen marino necesitaría.
Tenemos una buena dosis de adrenalina, y pocos personajes en pantallas. No hay subtramas innecesarias y en general, es un buen thriller de drama con un poco de acción aderezada en los momentos adecuados. Hablando de historias reales, es lógico que magnifiquen/añadan algunas secuencias para hacer el arco dramático aún más poderoso pero es justificable. Con un final predecible y hasta cierto punto muy sencillo
que deja con ganas de más, podemos estar casi seguros que Tom Hanks merece una nominación al oscar, aunque no podemos decir lo mismo de Greengrass, que, aunque hace un buen trabajo, su categoría es aún más peleada que la de actor principal. Recomendable para ver en familia.