Tardó diez años y más de veinte películas, pero finalmente tenemos a la primera heroína protagonista del MCU. Thanos ya está sudando.
“Tarda pero llega”, a esta altura, es una frase consuelo que utilizamos para justificar que “Capitana Marvel” (Captain Marvel, 2019) es la primera aventura del MCU protagonizada por una superheroína. Tuvimos casi VEINTE películas del Tony, el Capi, Thor, los Guardianes y los Avengers antes de que la Casa de las Ideas se diera verdadera cuenta que la representación en la pantalla sí importa; y nada de esto tiene que ver con una agenda política. Primero llegó de la mano de “Pantera Negra” (Black Panther, 2018) y su mega éxito, y ahora con la historia de origen de Carol Danvers (Brie Larson), un capítulo bastante postergado.
Esta tardanza -al igual que la futura película en solitario de Black Widow- hace un poquito de mella a la hora de la percepción porque se siente que la Capitana llega un toque tarde a esta fiesta, rellenando baches dentro de la gran franquicia comiquera que es el Universo Cinematográfico de Marvel, antes del gran evento que será “Avengers: Endgame” (2019). No por nada, la relevancia de esa escena post-créditos al final de “Avengers: Infinity War” (2018), y una Carol que se nos presenta como el as bajo la manga a la hora de ponerle el pecho a los desmadres de Thanos.
No hay spoilers si están al día con el MCU, pero sí mucha previsibilidad, aunque no quita que la película dirigida por la dupla de Anna Boden y Ryan Fleck -responsables de cositas independientes como “Una Divertida Historia” (It's Kind of a Funny Story, 2010)- pueda brillar por sí sola, aunque no con todo el fulgor que un personaje como Danvers se merece. Si queremos ser literales, estos sucesos funcionan como un flashback forzado entre Avengers 3 y 4 (gracias Fichi por la metáfora), una linda excusa para presentarnos a esta nueva heroína que (en este universo) viene dando vueltas desde 1995.
Sí, mucho antes de que Stark se construyera un súper traje o que descongelaran a Steve Rogers, en un planeta llamado Hala florecía la civilización kree, ya conocidos en el MCU gracias a Ronan, el Acusador (Lee Pace) y Korath (Djimon Hounsou). En constante guerra con los skrull –una raza de metamorfos extraterrestres-, los kree cuentan con la Fuerza Estelar (Starforce), una elite de guerreros y héroes de la que forman parte Vers (Larson) y Yon-Rogg (Jude Law), su mentor, entre otros. Durante una misión para desbaratar los planes de Talos (Ben Mendelsohn), líder de los skrull, la chica cae prisionera y así descubre unos cuantos recuerdos de su pasado que solía confundir con simples pesadillas.
Sus memorias un tanto revueltas y los planes de Talos confluyen en el llamado planeta C-53, la Tierra para nosotros, donde Vers va a parar sin escalas en busca de un proyecto de la doctora Lawson (Annette Bening), la única clave con la que cuenta para evitar que sus enemigos consigan un arma capaz de acabar con mundos enteros.
Su aterrizaje en la Tierra no pasa desapercibido para un joven Nick Fury (Samuel L. Jackson) y un más que novato agente Coulson (Clark Gregg), dos oficiales de S.H.I.E.L.D. -en su versión primigenia-, a cargo de este extrañísimo caso que involucra a una chica caída del cielo y varios extraterrestres que pueden tomar la forma de cualquiera que se cruce por su camino. Fury prefiere seguirle el juego a Vers para entender sus planes y los del contrario; por el camino, juntos irán descubriendo que esconde el pasado de esta guerrera originalmente llamada Carol Danvers y, con mucha suerte, evitar un encontronazo entre krees y skrull en suelo terrestre.
Carol modelo noventa
“Capitana Marvel” es una historia de origen que, en vez de seguir el típico camino del héroe o la heroína, trata de ir armando uno juntando las piezas. A veces funciona, otras no tanto, metiendo demasiada información en apenas dos horas de película. Acá, la suspensión de la incredulidad debe estar a la orden del día, no sólo por el hecho de lidiar con diferentes mundos y criaturas, sino porque no todo tiene una explicación muy coherente que digamos. El guión de Boden, Fleck y Geneva Robertson-Dworet está plagado de bachecitos e inconsistencias, pero nada en gran escala que desluzca la química que logran Larson y Jackson, o los verdaderos mensajes de la película.
Los realizadores nos entregan una buddy cop movie recargada de referencias noventeras (no molestan, pero tampoco aportan tanto, más que el típico humor marvelita y una gran banda sonora encabezada por chicas) y mucha locura espacial (a lo Guardianes de la Galaxia) que pronto choca de frente con la vulnerabilidad y los defectos de los seres humanos. Las emociones no son algo que se lleven bien con los kree, de ahí todas las disyuntivas y los grandes momentos que entrega Brie como protagonista en su camino hasta que saca a relucir su Capitana Marvel.
La mezcla de imprudencia y temeridad le calzan como anillo al dedo a un personaje que, a pesar de las adversidades, nunca se rinde. Este es el mensaje “feminista” con el que carga la película, que muchos decidieron odiar, incluso, antes de verla.
No conocíamos a este Fury con dos ojitos
“Capitana Marvel” funciona desde el entretenimiento, no insiste tanto con el humor (algo que se da naturalmente de las diferentes situaciones), le da a las protagonistas femeninas un lugar bien merecido y para nada forzado (bien ahí Lashana Lynch y su Maria Rambeau), y mete personajes como Goose -un gato que tiene poco de felino- sin mucha explicación, aunque se roben gran parte de la película. Visualmente, cumple con los mínimos requisitos –ambientar una historia en la década del noventa no es un logro maravilloso-, aunque los efectos digitales siguen siendo de lo peorcito, incluyendo el “rejuvenecimiento” de sus actores.
Su gran aporte, lamentablemente, está ligado a la franquicia y a un papel más grande que deberá cumplir en el futuro del MCU, incluso más allá de “Endgame”, cuando podamos disfrutar de sus aventuras sin ataduras. Esto no quita que Carol sea el centro de esta historia, pero una que no logra alcanzar esa épica que estamos esperando desde que la vemos enarbolar sus poderes. Ese momento llega de forma apresurada y sin el debido golpe de efecto, tal vez, es un requerimiento un tanto personal, pero que pesa en el conjunto.
La seriedad de Larson es un mal montaje de los tráilers, la inexistente agenda feminista no tiene nada que ver con un personaje concebido de esta manera, la historia tiene varios giros interesantes bajo la manga y sí, a Thanos se le va a fruncir mucho más la cara cuando vea la primera escena post-créditos de “Capitana Marvel”.