Empoderada
Capitana Marvel introduce a la última heroína de Stan Lee, un personaje complejo que abre la puerta al próximo film de Los Vengadores.
Hay demasiada energía en Capitana Marvel, en los rayos que despiden sus puños, en las llamas de su traje cuando está en la última y más poderosa etapa de su transformación, en un arma radioactiva que es el Santo Grial para dos razas intergalácticas. Esa energía son como los fuegos artificiales con que Marvel celebra su primera película del año, porque además es el nexo que conecta a la película con la esperada segunda parte de Los Vengadores: Endgame. No hay ningún spoiler en decir eso. Para ser una heroína que debuta en pantalla grande, el plano temporal en que aparece hace de esta película una precuela de Los Vengadores. Después de todo, puede verse en los tráilers a Nick Fury (Samuel L. Jackson) sin el parche en su ojo izquierdo, liderando las fuerzas de S.H.I.E.L.D. Pero arrojar muchos más datos sí sería entrar en los pantanosos terrenos del spoiler.
Hay dos cuestiones que sobresalen en Capitana Marvel. La primera es su estética, al menos en su primera parte, redolente de los personajes de Star Trek; tal es así que en varios pasajes la película (si bien todo se origina en Stan Lee) parece un universo ajeno al del cómic. La segunda son sus diversas capas, que demoran en encontrar un hilo narrativo, como también en decidir cuál es la naturaleza del personaje, dónde está el origen del bien y del mal. Los Skrull –que hacen su aparición en un número de The Fantastic Four de 1962– son una raza de extraterrestres metamorfos, con rostro de lagarto, que amenazan con invadir la galaxia; a ellos se enfrenta otra raza de extraterrestres, los Kree, suerte de humanos poderosos de sangre azul. En medio de la realeza Kree vive la guerrera Vers (Brie Larson), una discípula del principesco Yon-Rogg (Jude Law). Ambos entrenan en luchas hasta que Vers es secuestrada por un comando Skrull para ser interrogada. Durante el interrogatorio, la guerrera revive escenas de vida en la Tierra que no cuajan con su pasado Kree. Haciendo uso de sus poderes, Vers se libera de sus captores, escapa de la nave Skrull y va a caer en el planeta C-53. Que no es otro que la Tierra, en 1995.
Pese a lo que sugiere el film, no hay saltos temporales sino un desarrollo cronológico. Perseguida por lagartos que toman forma humana, Vers se topa con Nick Fury, por entonces un agente federal, mucho antes de la formación de Los Vengadores. Mientras Fury tarda en convencerse de que está en el medio de una batalla extraterrestre, la película hace circular un desfile de emblemas culturales de los noventa, algunos realmente graciosos. Hay un Blockbuster, rastreos en internet con el navegador Altavista, conexiones vía dial-up que demoran más de lo razonable y un playlist de canciones, siendo “Come As You Are” de Nirvana la más emblemática. También, para cartón lleno, hay una persecución bizarra entre un auto y un tren que recuerda a Terminator 3: La rebelión de las máquinas.
La clave del origen de Vers está en las múltiples personalidades de una entidad que se le aparece en estado de trance como Inteligencia Suprema, y que en su paso por la Tierra se conoció como Doctora Lawson (Annette Benning). Durante los ochenta, Lawson dirigió un equipo de formación de aviadoras al tiempo que investigaba una energía capaz de hacer posibles los viajes a la velocidad de la luz, y buscando fotos suyas en un archivo Vers se identifica a sí misma en un retrato de 1989. Vers y Fury indagan el paradero de Lawson, y reciben la respuesta de que la entrenadora desapareció en un último vuelo junto a su copilota, que era Carol Danvers; o sea, Vers. La siguiente búsqueda es localizar a la única testigo de ese vuelo, Maria Rambeau (Lashana Lynch). Encontrar a Maria será una caja de Pandora para Vers, ahora Carol, tras descubrir su pasado humano. Maria le afirmará ese pasado; poniendo emoción (todo lo que niega Yon-Rogg, en busca de la perfección Kree), le hará ver la real historia: Carol es humana, pero en ese accidente se liberó el núcleo de la fórmula de los viajes en el tiempo y lo absorbió su cuerpo, volviéndola un ser casi indestructible, como Superman.
¿Es todo eso posible? ¿Acaso Carol no era poderosa por ser Kree? ¿Estuvo siendo manipulada por Yon-Rogg? Al tiempo que sus habilidades crecen, el personaje central, los Kree y los Skrull inician una desesperada búsqueda del Teseracto, el dispositivo de Lawson –una Kree cuyo verdadero nombre es Mar-Vell– que pondría fin a la lucha intergaláctica. Y los interrogantes de Carol terminan en la duda del espectador: ¿Quiénes son, realmente, los buenos y los malos de la película? Pero la pregunta más importante es si Capitana Marvel es un personaje de peso o sólo un deus ex machina que facilita el desenlace del nuevo episodio de Los Vengadores. Todo hace pensar que es lo primero. Brie Larson tiene empatía con los múltiples trajes de Carol/Vers/Capitana Marvel, Samuel L. Jackson tiene líneas tremendamente graciosas y hasta existe un gato con poderes especiales. Y pese a un abuso de los CGI, hacia mitad de la película la línea argumental fluye, entusiasma. Una cosa es segura, Marvel tiene a su Wonder Woman. Y el personaje todavía tiene por dar lo mejor.