Como aves de rapiña
Una grata sorpresa resulta el policlal negro de Pablo Trapero, que invita a pasear por un submundo cotidiano y peligroso. Sosa (Ricardo Darín) es un abogado especializado en accidentes de tránsito que trabaja en una fundación que "ayuda" a sus víctimas, mientras intenta recuperar su licencia. Por su parte, Luján (Martina Guzmán) es una joven médica desbordada por las horas de trabajo a bordo de una ambulancia. Los caminos de ambos se unen y ellos cambian para siempre.
Carancho se nutre de una realidad social y económica que en Argentina produce un enorme mercado: millones de pesos que necesitan las víctimas de accidentes y sus familiares para afrontar gastos médicos y legales, sostenido por las indemnizaciones de las aseguradoras y la fragilidad de la ley.
Con esta punta argumental, Trapero describe las emergencias y el oscuro entorno que rodea a Sosa: jefes sospechosos y malandras de todo tipo (acertada la elección de Gabriel "Pacotillo" Almirón en el rol de un matón).
De este modo, la trama acumula violencia, "aprietes" y el tratamiento resulta ideal por las características que presentan los personajes: ninguno se destaca por sus virtudes precisamente. Todo lo contrario, tienen varias caras y buscan salvarse.
Con una cámara nerviosa, Trapero sutura los pliegues del relato como pocos, recorre los accidentes en la vía pública, las guardias atestadas y transmite una sensación de desesperación.
La intriga sumada a la buena factura técnica (los impactos filmados desde el interior de los autos o el vertiginoso desenlace) y al diseño de personajes, deviene en un film que impacta, sacude y deja pensando. Es su película más lograda desde El Bonaerense.
Darín compone a un Sosa golpeado, con varios costados por revelar, y no es precisamente un héroe; mientras que Guzmán entrega pasión y convicción a su vulnerable profesional de la salud,
La película asegura que "en Argentina mueren al año más de ocho mil personas en accidentes de tránsito; y más de ciento veinte mil resultan heridas. Detrás de cada desgracia aparece la posibilidad de un negocio". Y detrás de la película, mezcla de suspenso y cine denuncia, asoma el horror agazapado en las sombras.