Yo no me llamo Che, me llamo Carlos...
Las primeras imágenes del telefilm presentado el año pasado fuera de competencia integrando la selección oficial en el 63º Festival de Cannes, nos destacan la siguiente mención:
“Este film es el resultado de investigación histórica y periodística debido a las controversiales superficies grises en la vida de Carlos, este film debe ser visto como una ficción trazando dos décadas en la vida de un notorio terrorista.”
Hecho que nos pone a prueba para poder entender cómo a veces puede tornarse un guión en una especie de trabajo de recolección y reconstrucción histórica, con incertidumbre mediante y tener que encontrar las claves para poder satisfacer un relato cinematográfico. La tarea, encomendada al director francés Olivier Assayas, quien usualmente diverge entre géneros, jamás había abordado en sus obras a un personaje de no ficción.
Premiere Partie: 101 minutos
El telefilm comienza en las calles de Beirut, tras el asesinato de un líder político defensor del Frente Popular de Liberación de Palestina. Illich Ramirez Sanchez fue entrenado en Jordania en 1970, tres años después es llamado por el Frente para llevar a cabo una misión, para la cual deberá rebautizarse, su nuevo nombre: Carlos.
En París, Carlos conoce a André, quien le indica que deberá trabajar desde Londres, ciudad a la que se dirige. Llegan momentos donde las palabras no bastan y es necesaria la acción. Enfrentar el capitalismo con la guerrilla y no en Latinoamérica, el origen de la derecha radica en otras partes del mundo. Lograr la gloria, el aplauso, movilizado por la arrogancia, esa sería la gloria verdadera según sus palabras y donde encontraría su satisfacción. Se plantea la idea de que cada bala corresponderá a una idea.
Tras un atraco en la embajada de Francia a cargo de la armada roja japonesa, la activación de una célula alemana que culmina con un intento atentado en el aeropuerto, Carlos siente que las armas son la extensión de su cuerpo, y ve como cada energico plan que propone va concretándose. Su otra debilidad siempre presente, las mujeres.
Un tiroteo descomunal en su hogar sirve de brecha para unir la culminación del capítulo y dejar al espectador ansioso, con un clima acertado, sombrío y digno de una comparación a la escena del infierno en el bar donde Al Pacino pasa de ser un hijo a convertirse en un mafioso (El Padrino).
Deuxième Partie: 107 minutos
Transcurre 1975 en Viena, y viajando en tranvía, Carlos ya presenta un nuevo look, con boina, anteojos, demostrando rebeldía y violencia inclusive en su postura. Los planes cada vez involucran mayores riesgos, y es asi que tiene a lugar el secuestro de un avión tomando rehenes y pidiendo la cifra de 20 millones de dólares, situación que lo obliga a volar a Bagdad y permitir la tardía liberación de estos.
A continuación se narra su estadía en Berlin 1976 / 1978, donde el terrorista mas temido alterna entre mujeres y nuevos proyectos en su haber.
Troisième Partie: 118 minutos
El sexo y los celos llegan a la vida de Carlos, su vinculo se extiende al reclutar a una de sus parejas. Llega la etapa donde se agudizan las relaciones con Moscu y transcurre una fiesta que sirve como nexo a bombardeos en mansalva.
En 1985, sale de prisión su pareja, una de las pocas que tuvieron que cumplir condena durante este período, pasando a una etapa donde son frecuentes los pasaportes aduterados e inclusive el hecho de la caída del muro de Berlin, representan en Carlos un nuevo cambio, la militancia adquiriere distintas formas, el deber conformar alianzas y establecer responsabilidades dentro de las organizaciones. El eje se traslada ejerciendo un cambio de la guerra tras la caída del socialismo.
Assayas presenta archivos de atentados, comunicados del gobierno asegurando la protección de la población y el material de declaración de persona no grata a la embajada de Siria en París, a quien se atribuyen parte de los atentados. El material de archivo es descomunal.
El proyecto surgió bajo la financiación de empresas como Canal+ con el formato de drama televisivo, dividido en tres partes, siguiendo la figura de Carlos, un terrorista internacional, abarcando dos décadas de su vida. Carlos es una superproducción no habitual donde se destaca la reconstrucción de época y rubros como el diseño artístico, vestuario y fotografía. De carácter épico, con rezagos de films como Blow, la reciente Che, El Padrino y trabajos de violencia callejera de Scorsese en relación a la utilización de una banda sonora siempre presente en el transcurso del metraje.
Edgar Ramirez es un actor venezolano que maneja tres idiomas, imprescindible, cuya actuación va creciendo exponencialmente al igual que la violencia y el personaje que interpreta a medida que los cargos que le son encominados y experiencia se acrecentan.
Carlos “El Chacal”, el hombre que hizo temblar al mundo, ¿Quién puede cuestionarlo acaso?.