Una elaborada puesta en escena
Este segundo trabajo como director del español Paco Cabezas, combina elementos propios del policial y el thriller con ciertos aportes de humor negro, en un relato que narrativa y formalmente presenta numerosas referencias a directores de la talla de Guy Ritchie, Danny Boyle o el mismo Tarantino, pero con una vuelta de tuerca basada en elementos o personajes característicos del cine español que funcionan muy bien.
Con un comienzo al estilo Snatch (o de algún modo a Memento) veremos la trayectoria de una bala que se congela antes del impacto, para que el protagonista comience a relatar en tono de flashback qué lo ha llevado a esa situación.
Con referentes estéticos y narrativos de los ya mencionados directores, Carne de Neón suma a una galería de personajes extravagantes compuesta por prostitutas, cafisos, yonkis, policías corruptos y mafiosos, que se mueven en un mundo sórdido y salvaje, otros tan particulares como la prostituta con Alzheimer y un travesti singularmente almodovariano, que combinados con escenas de violencia tratadas con cierto sadismo tragicómico, propio de Álex de la Iglesia, logra atrapar al espectador y generar por momentos cierta sensación de complicidad con estos personajes que, a pesar de traficar con mujeres y bebés y secuestrar o matar si la situación así lo requiere, resultan simpáticos.
En ello contribuye la solvencia y solidez tanto de los roles protagónicos como de los secundarios, dándoles naturalidad y verosimilitud a sus personajes.
Se destaca la gran calidad técnica y puesta en escena que, con planos elaborados y efectistas acompañados de una atractiva fotografía, contribuyen significativamente en la estilización del film.
Con personajes arquetípicos pero carismáticos y aún imitando estilos, Carne de Neón sorprende en su alternancia del thriller violento al humor sádico, manteniendo siempre el ritmo y la fluidez del relato.
Paco Cabezas logra dotar al film de una identidad propia,con personajes entrañables, entretenido, vertiginoso y que sorprende.