A Mario Casas tuvimos el ¿placer? de poder verlo en pantalla recientemente con el drama romántico "Tengo ganas de ti" que pasó inadvertidamente durante la última semana de nuestro 2012.
Como en aquella, en Carne de Neon vuelve a ser protagonista casi absoluto; pero por género o temática, este film de Paco Cabezas debería ser casi un opuesto de la secuela de "3 Metros sobre el cielo"; veremos si esto es tan así.
Casas es Ricky, un joven de 23 años abandonado por su madre, y que desde los 12 años convive en la calle, de la cual parece ser el dueño. Se codea con mafiosos de poca monta (alguno con más peso), prostitutas, dealers, travestis grotescos, matones, en fin, gente del bajo mundo. Pero ahora su madre, Pura (Angela Molina) está por salir de prisión y Ricky no quiere que vuelva a descarrilarse, por eso intenta “regalarle” un cabaret o burdel el cual ella regenteé como madama, nada de volver al viejo oficio. Como es de esperarse, las cosas se saldrán de cause, se complicarán, y los personajes más extravagantes inundarán la pantalla.
Carne de Neon se plantea como una mezcla de comedia entre negra y grotesca, con algo de acción, cámara ligera, una trama de policial, y también, ya que está, drama familiar. Lo que ocupa gran parte del metraje es la relación entre madre e hijo, el vínculo roto, los reproches que se tienen sin decir; y es justo decirlo, es aquí dónde la película suena más coherente.
Volviendo al tramo inicial, uno de los mayores inconvenientes de la película es otorgarle el protagónico fuerte al modelo Casas que por más empeño que ponga no parece poder despegarse del mínimo gesto de levantar una ceja como máxima expresión, y hablar a los gritos constantemente porque el personaje (supuestamente) así lo exige. El film juvenil de Fernando Gonzales Molina hablaba muy superficialmente de unos motociclistas supuestamente bohemios pero sin ninguna preocupación financiera; Carne de Neon, por momentos pareciera hablar de lo mismo, pero sobre los veinteañeros inmersos en lo peor de la sociedad.
Hay un intento de drama social, de poner el foco sobre la problemática de la marginalidad, y más allá de la opinión de cada uno, pareciera ajena (en un estilo hollywoodense) y algo cesgada.
Los momentos de humor funcionan esporádicamente y en distintos niveles. Lo mismo con la “subtrama” de acción, estará en uno creerle o no a estos gangsters modernos.
Al carilindo Casas lo acompaña un elenco variado, co-producción entre España, Argentina ,Francia y Suecia, encontraremos varios rostros reconocibles como el de Luciano Caceres y Dario Grandinetti en papeles convincentes. No podemos decir lo mismo de Ángela Molina que actúa mirando a un costado, como si estuviese esperando una oportunidad para escaparse.
La dirección de Paco Cabezas y fotografía de Dario Aranyó son correctas y demuestran una buena producción, ambos trabajan con oficio.
En este intento de mixtura de estilos y géneros, son variadas las sensaciones que despierta "Carne de Neon", es un film correcto desde lo técnico y seguido con cierto interés; aunque también, pueda resultar irritante y por más grotesco, como una vuelta al cine almodovariano de los ’80 pero en una escala muy menor. Estará en el espectador abrazar o no una propuesta tan arriesgada como esta, de seguro tendrá un público que la considerará aceptable.
Terminando, e insistiendo con la carrera actoral de Mario Casas, el diálogo, la interpretación rica en matices, y los sentimientos no serán lo suyo... pero que bien levanta una sola ceja, quizás como discípulo de Marcel Marceau tenga un buen futuro.