Los que trabajamos en investigación de cine argentino sabemos de qué va la tarea de encontrar, documentar, comparar, manipular información de un cine para el que se necesita mucha pericia de historiador. En primer lugar porque sus protagonistas (productores, técnicos, actores, directores) cuentan siempre "su" versión, en segundo lugar por la falta de material para visualizar. Films perdidos o inéditos, o bien cortados hasta la incomprensión o bien retenidos por empresas televisivas o coleccionistas particulares que guardan sus tesoros sin pretender ninguna manera de compartir ese material.
La tríada realizada por Guillermo Fernandez Jurado: Imágenes del pasado, de 1961; El tango en el cine de 1979 y Aquel cine argentino de 1984 son las primeras películas de montaje sobre el tema. La historia del cine mudo argentino en el primer caso, las películas dedicadas al tango en el segundo y el cine sonoro en el tercero (películas incluidas entre 1933 y 1963) incursionan expositiva y ordenadamente con mucho material disponible tanto en el Museo del Cine de Buenos Aires como en la Fundacion Cinemateca Argentina.
Del año 2002 Raymundo, de Ernesto Ardito y Virna Molina, es uno de los mejores documentales de los últimos años. Conmovedor a la vez que riguroso, incluye mucho material inédito sobre Raymundo Gleyzer, director fundador del Grupo Cine de la Base, desaparecido por la Dictadura Militar.
El italiano Gabrielle Zucchelli terminó en el 2007 un documental sobre la vida del pionero de la animación Quirino Cristiani, del que hemos participado y que ojalá tenga pronta difusión en Argentina.
Y no hay muchos más documentales sobre cine argentino. Al menos aquellos que presenten historias de directores, o fragmentos de películas, reuniéndolas por temas, por género.
Por eso Carne sobre carne, de Diego Curubeto tiene de alguna manera un mérito extra. Con un trabajo de 5 años, la película que lleva como subtítulo el juguetón Intimidades de Isabel Sarli, comenzó a circular en el 2007: se presentó en Huelva, se preestrenó en el Cine Club Núcleo y entró a la programación del MALBA este año.
Su presentación en el BAFICI, también en el MALBA, fue todo un éxito.
Curubeto es crítico de cine, autor de dos libros sobre películas de Hollywood filmadas en Argentina (Babilonia Gaucha), obsesivo investigador de temas bizarros.
-Isabel por qué sus películas tienen tanto éxito en China? pregunta un periodista. - Porque una sola de mis tetas es más grande que la cabeza de cualquier chino. La platea aplaude.
Escenas y secuencias no incluídas en las copias finales, inserts realizados en EEUU para su comercialización en aquel mercado, algunos trucos para evadir a la censura, como toda la secuencia de un baño en las cataratas con efectos de círculos concéntricos en rojo y música grabada al revés, los dibujos animados de Pablo Rodríguez Jáuregui inteligentemente mechados en el relato del film, un montaje que maneja los tiempos, que no abusa ni de los trailers ni de las entrevistas, ni del material gráfico. La intervención de Fernando Martín Peña hablando de la censura en los años 60 se cruza con las entrevistas a técnicos, a la propia Sarli y a Adelco Lanza que explica cómo nació su papel de mucamo "amanerado". La platea vuelve a aplaudir.
-Pero por qué no mostrar este tipo de gente, mirá ahora quienes manejan la televisión! (interviene la Coca)
Nada falta. Una película que la Coca se merecía, hecha con respeto y admiración, de gran riqueza visual y excelente tarea de restauración. La pantalla del MALBA luce el tecnicolor y el blanco y negro de un modo impecable.
Una gigantesca Sarli desnuda y animada camina por las calles de una ciudad llena de tanquecitos y militares. Uno de ellos la enfrenta. Ella, con el índice, le toca el cañón. El cañón se eleva y salta una bala. El público se divierte.
Camp, kitch, de culto, erótico, naif, torpe, genial todo a la vez, el cine de Armando Bo forma parte de la identidad del cine argentino y a través de su obra, la de la figura de la Coca Sarli convirtiéndola en uno de los íconos de nuestra cultura popular.