Espionaje a toda velocidad
Con el marco de las grandes ciudades europeas para dar señal de largada en el Gran Prix Mundial, regresan los personajes "Rayo" McQueen y la grúa Mate. Ellos llevarán su amistad hasta las últimas consecuencias en esta vertiginosa secuela que tiene el sello de John Lasseter.
Si bien Cars no fue lo mejor de Disney, esta continuación acierta y eleva el nivel de la anterior por su combinación de carreras de autos y espionaje al mejor estilo James Bond. Desde su comienzo, con persecuciones en el medio del mar y con el espía Finn Mc Missile (en la versión original tiene la voz de Michael Caine) escapando del enemigo, la película encuentra el tono adecuado para una historia que no se repite.
Rica en detalles (los baños a los que asisten los personajes) y con lo más sorprendentes recursos en materia tecnológica, Cars 2 tiene como verdadero protagonista a la grúa Mate en medio de una trama que coloca en primer plano conquista, amistad e integración cultural. De este modo, desfilan simpáticos personajes como Francesco, el auto campeón que saluda a su madre desde las pistas u otros que aparecen retratados con elementos propios de cada una de las culturas.
Explosion"Rayo" McQueen corre peligro en esta misión de espionaje que esconde una bomba a punto de estallar y combustible adulterado. Desde París hasta el Big Ben, la carrera encierra varios peligros.
Los detalles que sorprenden están relacionados con el diseño de los fondos, con el despliegue multicolor (las explosiones logran una dimensión real) y con el ritmo endemoniado que le imprime Lasseter.
Antes de la proyección de la película, el espectador asistirá al regreso de otras estrellas de la factoría Disney-Pixar: los personajes de Toy Story en el cortometraje Vacaciones en Hawai, en el que los juguetes han sido olvidados cuando su dueña parte de vacaciones. Simpática y con un Ken lloroso imaginando su primer beso con Barbie en medio de un clima caribeño, recreado aquí entre las paredes del cuarto que habitan.