Cuando los autos andan a tracción pochoclo
Ya desde las primeras imágenes de "Cars 2" nos queda más que claro que el espíritu de la original no va a estar prácticamente para nada presente en esta secuela.
Es más, apenas avancemos en la historia por algunos minutos, nos daremos cuenta que se trata de una continuación completamente innecesaria e insulsa basada en los personajes de una idea original pero que podrían haber sido cualquier otros porque la historia no tiene ni la mínima continuidad con la anterior.
Si bien hay, por supuesto, los destellos de creatividad que suele regalarnos Pixar al componer este mundo de, por y para autos (la escena de Mate yendo al baño, las auto-geishas en Tokio, el auto Papa o el auto Reina de Inglaterra) es como un desencanto que la historia haya dejado de centrarse básicamente en los personajes que fueron presentados en la primer entrega para pasar a plantear una historia de espionaje e intrigas con estos autos solamente como vehículos para desarrollarla.
La gran pregunta que queda flotando es: si querían una historia netamente de agentes especiales y espionaje, porque usar los personajes de otra película que no tiene tantos puntos en común? Marketing? Merchandising?
Y quizás es justamente por eso -por intentar extrapolar personajes de otro ámbito en una historia que no les es propia y que en todo momento suena como forzada-donde "Cars 2" parece perder aceite. No hay la menor empatía entre Radiador Springs y esta trama compleja dentro del mundo del automovilismo.
Falla casi desde el comienzo y no logra tener el menor atisbo de la genialidad que tienen las otras grandes películas de la factoría Pixar desbordaban ("Up" "Wall-E", la trilogía de "Toy Story" y "Buscando a Nemo" entre otras).
En este caso, se presenta como una especie de homenaje a la saga del Agente 007 y los clásicos films de espías: hay con armas sofisticadas, camuflajes, persecuciones, choques, falsas identidades y explosiones a granel que dejarían con la boca abierta al mismísimo Bruce Willis o a Jason Statham (de "El transportador"). Todos los personajes se mueven en un mundo de intrigas que acabado su desarrollo, van a encontrar la explicación mediante largas parrafadas incomprensibles para el público más pequeño de la familia que se presentan abruptamente sobre el final del film.
Nuestro protagonista, Rayo McQueen, queda casi relegado a un segundo plano en esta secuela, dado que los guionistas de Pixar decidieron -no tan acertadamente- poner el foco central de la historia en su compañero Mate, la grúa desvencijada y con pocas luces que era su fiel compañero en la primer entrega.
Una importante nueva compañía vinculada con los combustibles auspicia un "Grand Prix Mundial", y Mate -ingenuo y torpe, con un dejo de Jerry Lewis mezclado con Mr. Bean- terminará envuelto en un tema de espionaje y agentes secretos sin ni siquiera saberlo.
Los escenarios de las distintas carreras de Tokio, Paris y Londres, le servirán para que los talentos creativos visuales de Pixar demuestran una vez más que han logrado una excelencia lindante con la perfección y que sus dibujos, sus efectos y la sensación que producen en el espectador es inmejorable.
Pero en este caso, "Cars 2" decepciona por la pobreza del guión, la falta de humor que siempre abunda en las películas de este estudio y sobre todo, por pasearse por absolutamente todos los lugares comunes del género sin que surjan demasiadas ideas novedosas dentro de este contexto.
Con giros absolutamente impensados y recursos bastante impropios para el público a la que está dirigido, hay además saltos en el guión completamente imperdonables para un estudio que ha sabido posicionarse como uno de los más creativos y detallistas a la hora de contarnos una historia y su minuciosidad para la descripción de los personajes.
Es asombroso que solamente en algunos pocos secundarios (como Luigi) hayan logrado hacernos esbozar una sonrisa y se haya desplegado un poco de humor.
Fuera de eso, hay una trama que se toma como demasiado en serio una intriga internacional con referencias al de los automóviles, los combustibles y el poder del petróleo por lo que abundarán superagentes, persecusiones, explosiones, vuelos a gran altura y protagonistas que quedan en riesgo permanente y logran "zafar" en el último segundo que les queda para salvar su pellejo, situaciones que han sido visitadas hasta el cansancio por toda buena fórmula pochoclera.
Es por eso que "Cars 2" carece completamente del encanto que suelen tener los productos que llevan el sello de esta gran compañía lider en el terreno de la animación.
Evidentemente el peso de la industria hollywoodense pudo más y Pixar se rindió ante los encantos de hacer una película que facturara no solamente en las boleterias sino también en los negocios paralelos de cuanto merchandising pueda ser incorporado.
Pero eso, que es también importante en las grandes compañías, no tiene absolutamente nada que ver con el buen cine. Todo lo contrario.