Una vuelta de tuerca al cine de Pixar
Aún cuando pueda ser cierto que Cars 2 no está a la altura de las obras más importantes de Pixar, también es justo decir que se encuentra bastante por encima de cualquier estreno que suele llegar a las salas comerciales.
Es que cuando John Lasseter aparece en la dirección (acompañado aquí por Brad Lewis) se sabe que las cosas irán por buen rumbo. Co-fundador de la empresa que hoy cumple 25 años y marcó un antes y un después en el cine de animación, Lasseter demuestra aquí su amor por el séptimo arte.
Y es que ni siquiera la primera parte, estrenada en 2006, era una de las grandes películas de la firma. Sin embargo, esta secuela se transforma gradualmente en una divertida aventura que reflexiona sobre la amistad, la identidad y los prejuicios sociales, mientras se homenajea a las historias de espías que hicieron las delicias de los jóvenes décadas atrás
En Cars 2, Rayo Mc Queen es invitado a un Grand Pix que incluirá etapas en distintas ciudades del mundo y que servirá como excusa para presentar un nuevo tipo de combustible. Listos para participar, Mate se verá involucrado durante la carrera en una misión secreta que busca evitar el ataque de un grupo mafioso obstinado en arruinar la competición.
La maestría de Lasseter para introducir elementos de espionaje en el mundo Cars, logran un efectivo resultado: los autos devenidos en agentes, los trucos utilizados se ven realmente bien en pantalla y se resuelven con una inusual naturalidad.
Sin embargo, esta vez, se perciben algunos problemas: si el sujeto que interviene en una misión ultra secreta es un latiguillo que ya ha sido usado demasiadas veces, el inconveniente toma nuevas dimensiones al darle demasiado protagonismo a Mate, que está muy lejos de ser un personaje lo suficientemente atractivo para llevar adelante la película.
De todas maneras, las cosas funcionan gracias a la cantidad de subtramas, los nuevos personajes y los novedosos elementos utilizados. Esta segunda parte presenta todo un mundo preparado al estilo Cars: ya no sólo autos sino aviones, barcos y todo tipo de vehículos.
Aunque lo nuevo de Pixar dista mucho de títulos inolvidables como Ratatouille, la saga Toy Story o Wall-E, todavía demuestra porqué la firma es una de las más importantes del cine en general: lograron darle una vuelta de tuerca (para no evitar el chiste fácil) a una historia harto conocida, sin que disguste. Lejos de ser una joya animada, la película entretiene y mucho. Por esta vez, dejaremos que eso sea suficiente.
Párrafo aparte para Vacaciones en Hawai, el corto basado en los personajes de Toy Story que se exhibe antes: una delicia para los fanáticos de los personajes y una inmejorable oportunidad de volver a verlos en pantalla grande.