Si bien Cars 3 ofrece una historia más decente que la infame segunda entrega de esta franquicia, la nueva propuesta de Pixar no deja de ser una película hecha para el dvd que no resiste un segundo visionado.
La buena noticia es que la ópera prima del director Brian Fee retoma un poco el espíritu del primer film y al menos la trama esta vez se centra en el mundo de las competencias automovilísticas.
Aunque entre los amantes de la animación Cars no suele representar la franquicia más querida de Pixar, los personajes le brindaron a Disney 10 billones de dólares en ganancias gracias a las ventas del merchandising.
Motivo por el cual la producción original del 2006 logró tener dos continuaciones antes que otros títulos más interesantes de la compañía, como Los Increíbles.
El argumento de esta nueva producción tiene un conflicto más serio y aborda temáticas apasionantes para los chicos como la vejez y el paso del tiempo, la incertidumbre que genera un retiro laboral y la manipulación de los pilotos en el mundo del automovilismo.
Nunca termina de quedar en claro a que segmento del público apuntaban los realizadores con esta idea. Salvo por las escenas de acción, la película es bastante densa para los niños y para los adultos nunca llega a ser una historia apasionante.
En esta oportunidad la mayoría de los personajes secundarios conocidos quedaron relegados a participaciones muy limitadas y la camioneta Mate, luego del desastre que fue Cars 2, apenas cuenta con unos breves cameos.
El foco de atención se centra en la crisis de mediana edad del Rayo McQueen, que ahora es tratado como un vejestorio (aunque luce igual que en la primera película), y las nuevas adiciones que se incorporan al reparto de los autos.
Jackson Storm es un pseudo villano que vence al protagonista en una competencia y no tienen ningún desarrollo y Cruz Ramírez, un auto femenino de ascendencia latina que sirve de conducto para que Disney incluya sus tediosos panfletos de corrección política.
En un mismo personaje integraron la diversidad racial y el compromiso forzado con el empoderamiento femenino. Un tema que por cierto no tiene un tratamiento feliz, aunque el final de la historia aparente lo contrario.
Cruz es una simpática entrenadora que siempre quiso ser piloto de carreras pero el ambiente del automovilismo nunca le dio la oportunidad. Durante el 95 por ciento de la historia todos los personajes masculinos, en especial el Rayo McQueen, maltratan y desmerecen a la pobre Ramírez hasta que tiene la oportunidad de destacarse.
Ahora bien, cuando Cruz finalmente logra sobresalir y afirmarse en su individualidad, esto no surge por su fortaleza interior o la confianza en sus capacidades, sino porque los autos masculinos se apiadan de ella y le dan permiso para que sea parte del automovilismo.
Los guionistas de Pixar seguramente tuvieron las mejores intenciones, pero el modo en que trabajaron el desarrollo de Cruz genera ruido y no le hace favores a la valoración de los roles femeninos que el film intenta predicar.
El arco argumental del personaje quedó demasiado forzado, sobre todo en la conclusión de la historia.
Tampoco queda claro por qué tendría que haber conflictos sexistas en el mundo de Cars. Sin embargo, la corrección política de estos días determina que hay que incluir estos temas como sea en todas las películas populares que se estrenan.
Lo más destacado de esta producción pasa por la elaboración detallada de los escenarios realistas y las secuencias de las carreras que son impecables.
El accidente de McQueen, que es algo perturbador, estuvo muy bien logrado y es un momento intenso que sobresale en los aspectos visuales.
Lamentablemente en la siguiente escena el auto reaparece intacto después de un tiempo y el impacto emocional de ese hecho queda en un tacho de basura.
El film luego entra en el terreno de Rocky 3 y 4, con referencias directas a la saga de Sylvester Stallone, pero todo se desarrolla dentro de una propuesta que no tiene el corazón que vimos en otros filmes de Pixar o buenas continuaciones de la productora como Toy Story 3.
La nueva entrega de Cars si bien resultó superior a la película previa no deja de ser una historia olvidable dentro de la filmografía de esta compañía. Tal vez los fans de estos personajes lleguen a apreciarla con más cariño.