Cars 3: Rayo McQueen es Rocky Balboa.
No peleara con rusos, ni tendrá brazos para el caso, pero el viaje del auto rojo (con ojos) más famoso ya recuerda al del legendario papel de Sylvester Stallone.
Tal vez sorprenda a algunos por ser la mas reciente “saga” de Pixar, y la más olvidable para los menos jóvenes, pero Cars tiene ya tres películas en su haber y esta tan presente y querida por quienes crecieron con ella como cualquier otra saga infantil de calidad. Si quieren sentirse superiores podemos agregarla “¡menos Toy Story, obvio!” a esa declaración, pero creo que no hace falta.
Es muy fácil para toda franquicia caer en el mal uso de la nostalgia, y por suerte Cars 3 lo evita de buena manerar. El secreto para sortearlo esta en manejarla como parte de la nostalgia propia del protagonista (no la veo anotando esto Force Awakens), no jugar con la nostalgica audiencia sino trabajar con un personaje añorando tiempos pasados. En algun momento les tocó a los juguetes de Andy, y hoy le toca al Rayo McQueen: tiene que lidiar con empezar a ver el horizonte en su carrera como corredor.
De eso se trata este film, de este concepto se desglosa toda la trama. McQueen comenzará una pequeña aventura para intentar darle a su carrera el final que él decida, y no el impuesto por una industria que avanza y deja al pasado detrás. Conoceremos varias caras nuevas, y sorprendetemente veremos lo justo y necesario a los personajes de las primeras dos Cars. La película comenta sobre el cambio generacional, el avance de la tecnologia y las industrias en general, pero siempre enfocandose en el viaje de su protagonista.
El foco es siempre difícil, más aún en las grandes superproducciónes. Marvel (otra subsidiaria de Disney, como lo es Pixar) viene teniendo cada vez más seguido problemas con directores que no estan dispuestos a comprometer su voz personal y rendirse ante la maquina de billetes. Pixar no debe estar excento de estas cosas pero de todas maneras nos brindaron una entretenida historia, a veces graciosa y en otras emocional, que parece apuntada especialmente al público mayor. Y hablamos de “mayor” a 40 años. Es una historia muy madura, pero no porque tenga sangre ni cosas prohibitivas para menores, sino madura de verdad.
El cine es un medio que combina constantemente lo artístico con lo técnico y comercial, pero es la animación quizás el género del endonde más fervientemente conviven las gigantezcas producciónes de miles de personas y dólares, con la pasion personal de artistas dedicados por meses a una tarea en común. Cars 3 se siente como el trabajo de miles de artistas que se desvivieron por llevar una visión en común a la pantalla, no una decidida para máximizar ventas o no complicar otros comerciales de juguetes… Y eso que, siendo justos, una película de Cars no podría ser más literalmente una publicidad de juguetes.
Si queres disfrutar del buen entretenimiento de una gran historia que tiene algo que decir, anda a ver Cars 3. El 90% de las películas que estan en cartelera durante cualquier semana del año no tiene nada que decir, es una alegría ver una que realmente lo tenga.