Soltar el podio
Hubo un tiempo en el que el Rayo McQueen disfrutaba de las mieles del éxito sabiendo que, no sólo era el hijo pródigo de Radiador Springs, su lugar de origen, sino que además, era un ejemplo para miles de fanáticos que en su historia de superación y tenacidad, veían un horizonte posible para sí mismos. Años después esa lucha fue llevada al plano internacional, cuando una competencia mundial lo toma en cuenta y lo pone a la par de estrellas de la pista de varias nacionalidades, midiéndose con los número uno y demostrando una vez más, sus capacidades y velocidad. En Cars 3 (2017) el tiempo pasó, y aquella rapidez para demostrar su potencia en las carreras, ha disminuido, siendo superado McQueen por una nueva generación de corredores especializados en alcanzar velocidades increíbles.
La película habla principalmente de los cambios tecnológicos en las relaciones, en uno mismo, y cómo éstos determinan nuevos planes de acción ante la inevitable necesidad de ser otro o quedarse en el pasado sin poder superar nuevas metas.
Cars 3 es un relato clásico sobre personas (en este caso autos) que deben dejar de lado sus egos para poder reinsertarse en un espacio signado por la evolución y los cambios, pero también es una historia que necesita del apoyo en una base previa (entregas anteriores), para poder así cimentar su progresión. Dividida en tres etapa: auge, caída, superación; el principal conflicto narrativo radica en la imposibilidad del héroe de ceder su espacio ante la inevitable decadencia del reinado. McQueen, al igual que en su momento lo hizo Doc con él, se ubicará en el lugar de entrenador de la recién llegada para poder así, desde sus triunfos, recuperar cierto reconocimiento.
McQueen, luego de luchar consigo mismo por comprender su espacio en el panorama mundial de competencia, considera capacitar y entrenar a una joven llamada Cruz Ramírez para así evitar quedar olvidado en el tiempo. En esa búsqueda del reconocimiento propio, más los laureles para su aprendiz, Cars 3 vuelve a forjar, de manera fresca y simple, su fórmula, alejándose del cosmopolitismo que signó su segunda entrega, para replicar estereotipos y humor propios de la primera parte.
Claro que McQueen y Ramírez no estarán solos, vuelven los entrañables personajes que generaron un negocio multimillonario alrededor de los autos y sus accesorios (Mate, Sally, Flo, Filmore, etc.), sumado a una nueva serie que potencian cada escena.
Enmarcada en relatos en los que el maestro debe acompañar al discípulo (Creed: Corazón de campeón, Karate Kid, etc.), el principal logro de esta película, es la de transmitir valores relacionados al trabajo, la amistad, y, principalmente, la importancia de fijarse metas en la vida. Si Cars 3 no llega a estar a la altura de la primera y novedosa parte, es tal vez porque, en el fondo, replica su estructura y hacia el final, la moraleja necesaria para justificar todo el relato, llega de manera obvia y contundente.
Aún así, superando esas cuestiones, Cars 3 es una película para poder disfrutar en familia, con una animación impecable, conflictos y tensiones necesarios para mantener en vilo a los espectadores, y con la seguridad de saber que en la épica del Rayo McQueen se consigue interpelar a varias generaciones con la idea de poder soltar aquello innecesario para seguir en la cima del podio.