Cartas a Julieta es de lo mejor que llegó a los cines en lo que va del 2010 dentro del género de la comedia romántica.
No es una película inolvidable pero comparada con los filmes que protagonizaron recientemente Jennifer Aniston y Jennifer Lopez es una propuesta superior.
Si bien la historia es bastante predecible y no sorprende para nada con su resolución el director Gary Winick (Guerra de novias) que ya cuenta con experiencia en este estilo hizo llevadera la trama al apoyarse en los espectaculares paisajes de Verona y zonas rurales de Italia que son un importante personaje más de la película.
Con semejantes escenarios enseguida quedás enganchado al cuento cuando el conflicto se traslada a Europa.
Amanda Seyfried está muy bien en el rol protagónico pero su química con Christopher Egan es inexistente, algo que en este género es vital. Es muy difícil comprar las situaciones que vive en el film con Egan porque no hay chispa en las escenas que comparten juntos.
De todos modos, en Cartas a Julieta la historia principal de amor no es la que vive el personaje de Amanda sino el de Vanesa Redgrave con el Gran Franco Nero, quienes en la vida real están en pareja desde 1967, algo muy extraño en el mundo del cine.
Si querés saber de que se trata la química en este arte mirá las escenas que tienen ellos juntos en este film y en las otras 10 diez películas que hicieron en las últimas décadas.
Ningún productor de casting puede crear eso.
Nero en los últimos años se retiró un poco de la actuación y sólo trabaja en roles secundarios, óperas primas y cortometrajes de cineastas nuevos que recién arrancan con su carrera. En los cines argentinos no se lo veía desde Duro de Matar 2 que fue su último trabajo en Hollywood y es genial encontrarlo de vuelta en la pantalla grande.
Me pareció un guiño divertido que el director Winick lo presente en esta historia montando a caballo en el campo, teniendo en cuenta que es uno de los máximo íconos del spaghetti western, donde sobresalió en clásicos como Django, Vamos a matar compañeros, Keoma y Viva la muerte tuya entre otros filmes memorables.
No puedo dejar de destacar a Gael García Bernal, quien una vez más demuestra su capacidad increíble para crear personajes insoportables.
En esta película no para de hablar de manera acelerada en cada maldita escena en la que aparece y te dan ganas de tener la entrada mágica de El último gran héroe (Schwarzenegger) para entrar en la historia y quitarle las cuerdas vocales. Insoportable el personaje.
En fin, la verdad que la comedia romántica está en crisis en el cine norteamericano con cada porquería que se estrena últimamente, pero esta es una buena película y vale la pena si te gustan estas historias.