Este nuevo trabajo del director Gary Winick ("Bride Wars") presenta dos historias románticas, una protagonizada por jóvenes y otra por adultos.
La primera repite todos los clichés románticos (al principio se odian, ella está comprometida, luego se conocen y todo cambia), resulta muy previsible y cuenta con dos actuaciones masculinas desastrosas.
La segunda propone una historia de reencuentro entre dos personas adultas y tiene como protagonista a una pareja excelente.
Lamentablemente, "Letters to Juliet" le dedica más tiempo a los jóvenes y por ende, se desperdicia la mejor parte del relato.
Siempre me han atraído las películas románticas sobre relaciones maduras, protagonizadas por gente adulta, pero son pocas las que se encuentran.
En estos días, se estrena en los Estados Unidos el film "Lovely, Still" y sólo por el trailer ya parece mucho más interesante que cualquiera de las otras románticas juveniles que llegan.
Pero en Hollywood prefieren no salirse de la fórmula y continúan produciendo estas historias repetidas una y otra vez.
Como si "Letters to Juliet" no fuese lo suficientemente previsible, el trailer, que sólo debería ser un avance, resume en 2 minutos y medio la historia completa. Obviamente, quienes tengan intenciones de verla deberían limitarse a la sinopsis.
Sophie y su novio viajan a Verona, donde ella conoce a las "Secretarias de Julieta", un grupo de mujeres que responden las cartas que las turistas dejan pidiendo consejos debajo del famoso balcón de "Romeo y Julieta". Sophie responde una vieja carta escrita hace 50 años y esto atrae a la autora, quien decide regresar a Italia en busca de aquel gran amor perdido que describió en la carta. Acompañada de su ñieto y Sophie, emprende un viaje para encontrar a ese viejo amor.
La divina Amanda Seyfried ("Mamma Mia!", "Chloe") cumple bien su rol de chica romántica, pero está acompañada por dos actores que la deslucen.
Gael García Bernal interpreta a su prometido con un trabajo sobreactuado y el desconocido Christopher Egan está durísimo en el papel del nuevo amor.
Vanessa Redgrave aporta todo su talento y comparte nuevamente la pantalla con su marido, Franco Nero, con quien tiene una química perfecta.
Al igual que otros recientes films románticos filmados en Europa como "Leap Year", "When in Rome, " y "My Life in Ruins", se utilizan los hermosos paisajes (en este caso, Verona y Toscana) para intentar complementar las fallas de un flojo guión.