AYER, HOY Y SIEMPRE
Situado en pleno gobierno menemista como telón de fondo y centrándose en las vicisitudes labores de aquella época, el film nacional Cartero exhibe varias circunstancias que reflejan lo vivido por esos años pero que tranquilamente pueden repetirse en la actualidad.
La película dirigida por Emiliano Serra cuenta la historia de Hernán Sosa, un joven que empieza a trabajar en el Correo, en momentos de privatizaciones, retiros voluntarios y pobreza creciente. En este contexto, aprenderá a caminar la calle, los secretos del oficio y conocerá a los personajes que viven en ese mundo.
El film es simple y sencillo de principio a fin, ganando en potencia narrativa durante su desarrollo, al presentar a este muchacho que ve todo el mundo laboral de color de rosa al comenzar con su tarea y que a lo largo del relato va tomando consciencia de cómo ese contexto no es tan bonito como suponía. En la historia se reflejan en forma perfecta los diferentes aspectos que posee un ámbito laboral como el del Correo, pero que tranquilamente pueden trasladarse a cualquier profesión. El jefe del lugar que conoce todos los puntos oscuros y tiene ascendencia sindicalista; el gerente que pretende revolucionar la tarea a realizar a costa del esfuerzo de los trabajadores; los celos y rispideces entre laburantes; y las variables que suceden día a día en la labor.
Todos estos puntos son abordados de manera común, como hechos que va viviendo el protagonista pero que permiten exhibir el mundo laboral en todos sus matices. En esto último es donde la película se destaca, mostrando cada circunstancia sin subrayados o remarcaciones, aportándole naturalidad y frescura al relato. A todo esto se suma una correcta y precisa labor de su protagonista, Tomás Raimondi, que lleva adelante su personaje cargando en sus hombros todo el peso de la narración, resultando solvente en su tarea.
Con una simple pero acertada contextualización de la época, Cartero es un trabajo pequeño, quizás íntimo, pero que refleja perfectamente una época, con todos los contrastes necesarios para lograr interpretarla y observar lo cíclica y repetitiva que es la historia argentina en materia laboral y política.