Baltazar Tokman, autor también del guión con Valeria Groisman, se propone fusionar la ficción y el documental hasta que los límites se transforman en invisibles. Actores profesionales y no profesionales, testimonios, intimidades realmente logradas, la reinterpretación de la realidad hecha por los verdaderos protagonistas. Un documental cuidadosamente diseñado como una ficción. El tema una familia de funebreros, la del título, que remonta sus orígenes hasta con una lejana tatarabuela mapuche. Ese mundo formal, ese legado pesado e inevitable, pero también un padre en peligro, progenitores separados, rencillas familiares, un cumple de quince, conversaciones laterales que solo en contadas ocasiones llegan a lo que necesita se hablado. Y una protagonista a punto de tomar la decisión más importante de su vida. Una propuesta con objetivos claros y bien lograda, de un realizador inquieto y talentoso.