Jennifer López, Maluma y una buena química actoral
La idea, o en todo caso la esperanza (que al final resultó ser vana) de ver una comedia sencilla en manos de una actriz como es Jennifer López, que intercala con su presencia como cantante y bailarina, se transforma en una regular performance y tan solo apoyada por una simpatía personal que parece ser innata.
Bueno, como adelanté en el párrafo anterior, Cásate conmigo no da ni siquiera la mitad de lo que pretende. Y no es la mía una mirada de pretensión intelectual. Me recuerda esto al meme que últimamente ha “relanzado” la figura de Osvaldo Laport, el que agrega a la imagen de plantilla la frase “Necesito ver una comedia boluda”. Ver comedias, boludas o no, está perfecto. Hasta lo disfruto. Pero esto que vi es lamentablemente un desastre. Un desastre de falta de química entre los integrantes del elenco, Owen Wilson incluido; una falla tras otra en el guion; una construcción de situaciones que se parecen a una gelatina, para colmo, sin sabor.
Ni siquiera, o por lo menos eso creo, lleva interés la presencia de Maluma para quienes gustan de ese tipo de artistas y de música. Bueno, tal vez lo disfruten. Al menos alguien gozará algo en esta recontra frustrante intento de comedia que más parece una forma poco sutil y a la vez oportunista de parte de López que apunta a realizar una gran vuelta de marketing de cara al thriller que estrenará pronto en Netflix, plataforma que será también receptora del documental de la ahora también productora. Bastante similar al que su personaje de ficción registra en Cásate conmigo.
Por si no les quedan dudas, no les recomiendo este experimento para nada.